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Existen personas inteligentes, tontas y luego estaba él.
Se creía el ser más sabio del mundo y, por eso, sólo era el peor bufón de todos.
Decía haber leído todos los libros del mundo, absolutamente todos.
Siempre remarcaba las obras con los que, según él, eras culto si los leías: La Ilíada de Joyce, El Quijote de Tormes de Anónimo (su escritor favorito) y La tormenta de Cervantes.
Decía haberlos leído y aún así no se notaba nada de nada.
