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Mitos nórdicos recoge las historias de Odín, Thor, Loki y los otros dioses y monstruos de los Nueve Reinos, pero narradas por la inconfundible voz de Neil Gaiman. Fuente. |
«Antes del comienzo no había nada, ni tierra, ni cielo, ni estrellas, ni firmamento, sino únicamente un mundo nebuloso, impreciso y amorfo, y un mundo de fuego, que no dejaba de arder».
El poder de los mitos radica en que las grandes historias nunca mueren. Surgirán y perecerán civilizaciones, pasarán los siglos y los siglos, y siempre habrá alguien aguardando una historia y otra persona que las cuente y ahí, precisamente ahí, revivirán todos los dioses, los gigantes, los elfos, los enanos y las demás criaturas que pueblan la imaginación, dentro del país de la mitología, abandonado en las regiones de las creencias y la maravilla. Los grandes mitos no tienen fecha de caducidad, sus historias, movidas por las pasiones humanas y divinas, siguen estando vigentes.
Neil Gaiman es uno de los escritores que debemos considerar un privilegio. Todos los lectores que disfrutamos de sus historias sabemos cómo Gaiman cuenta la historias y, también, cómo las recuenta. En esta ocasión, somos afortunados porque Gaiman, igual que ya hiciera en otros de sus libros como American Gods o en el cómic The Sandman, nos lleva hasta las profundidades de la mitología nórdica para contarnos muchas de las aventuras y tragedias de Odín, Thor, Loki y los demás dioses de Asgard. Como reconoce Gaiman:
«He hecho todo lo posible para narrar estos mitos e historias con la mayor exactitud y de la manera más interesante que he podido».
La mitología nórdica ha sobrevivido a través de las leyendas, los cuentos populares, la fantasía que inauguró J. R. R. Tolkien con El Señor de los Anillos (y de la cual tantos han bebido) y los cómics de Thor que inspiraron a Gaiman de niño y que, en los últimos años, han sido trasladados al cine, por ejemplo, con Thor: Ragnarok. Si bien Gaiman ya había presentado a Loki y Thor en las páginas de The Sandman y le había dado un rol importantísimo a Odín en American Gods, en Mitos nórdicos, Gaiman cuenta otra vez las leyendas que muchos conocemos.
Viajando a los Nueve Reinos
Bien, entonces os preguntaréis: ¿vale la pena escuchar de nuevo un cuento ya escuchado? Y la respuesta es sí. Nadie cuenta igual un cuento, ni siquiera la misma persona, y con Gaiman tenemos a un mago de las palabras en plena forma, un bardo capaz de hacer revivir a todos los dioses desde el comienzo de los tiempos hasta el final del Ragnarok, pasando por el surgimiento de Yggdrasil, la cabeza de Mimir, la pérdida del ojo de Odín, los tesoros de los dioses, el descubrimiento y encarcelamiento de los hijos de Loki, la boda de Freya (Thor vestido de mujer), los viajes hacia el país de los gigantes, las manzanas de la inmortalidad…
Releer, redescubrir y revivir las historias de Loki y Thor a través de Gaiman es como volver a vivirlas por primera vez; como Gaiman, yo descubrí estas historias a través de viejos manuales, y siempre es un placer deleitarse con ese halo de maravilla que envuelve a los dioses.
En Mitos nórdicos hay aventuras, pero también humor; hay desgracias, pero también actos heroicos; existen lágrimas por la caída de Balder y piedad por la condena de Loki; hay vida, pero también hay muerte. Está todo lo que hace grande a la mitología nórdica y está Neil Gaiman, un escritor que es un regalo para todos los lectores.
En el prólogo, Gaiman nos cuenta cómo de pequeño se preguntaba:
«¿Ha llegado el Ragnarok? ¿No se ha producido todavía? Yo no lo sabía entonces y ahora tampoco estoy seguro».
Nosotros, los lectores, tampoco lo sabemos, pero, hasta que sepamos algo, bebamos hidromiel y celebremos, porque la vida hoy es justa y los mitos son para siempre.
«Y el juego comenzará de nuevo».
P.D.: Muchas gracias a Elsbeth, diosa más allá de Asgard, por regalarme este libro, que ha sido mi primera lectura de este 2018 y, sin duda, un buen arranque para estos doce meses de letras y más.