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Imagen promocional de Solo los amantes sobreviven, una película sobre la nostalgia y la pérdida de los tiempos antiguos que nos hicieron grandes... y sobre vampiros. Fuente. |
Hay películas que dejan
sensaciones incluso tiempo después de haberlas visto. Permanecen. La magia del
celuloide. Son como recuerdos a los que regresar cada vez que la mente naufraga
lo suficiente. Solo los amantes sobreviven
de Jim Jarmusch es un buen ejemplo
de cómo el vampiro puede ser traído a los nuevos
tiempos como la sombra de un pasado impetuoso que nunca se olvida. Y eso
siempre es digno de ser evocado.
Un adjetivo se repite a
lo largo del visionado del film y es: hipnótica, la fotografía y su mensaje
sobre la nostalgia y el tiempo perdido se transforman en un discurso sobre
nosotros mismos, sobre Detroit, Marruecos, Shakespeare,
la música, el desdén, la apatía y el vampirismo. Jim Jarmusch consigue un film interesante gracias a su capacidad
para impregnar el film con su sello, para algunos fascinante y para otros
demasiado moderno. Como siempre, quien quiera disfrutarlo, lo disfrutará.
Solo
los amantes sobreviven es una película lenta, pero no por
ello mala (igual que una película rápida no es buena, como vale la pena
mencionar). Se agradecen sus ritmos, que nos trasladan a ese estado donde los
vampiros saben que siempre estarán ahí. jiEl
espectador siente que se cuela en la vida de estos personajes a lo largo del
metraje, alejándose de la falsa espectacularidad del mito y centrándose más en
el significado de la inmortalidad que acompaña a los protagonistas del relato.
¿Qué significa vivir para siempre? Es más, ¿quién quiere vivir para siempre?,
que preguntaba Queen.
A reivindicar los
papeles de Tom Hiddleston como el
músico profundamente melancólico Adam
y la excepcional Tilda Swinton como la vampiresa Eve, unidos por mucho que los separe la
distancia y el tiempo. La película, sin duda, funciona gracias a ambos actores
y, aunque sus roles poseen nombres que nos hacen pensar en la Biblia, en realidad es una referencia a
dos personajes de Mark Twain, pero
eso no deja de hacer interesante la comparativa de estos dos amantes que tienen
que alejarse de vez en cuando. Y también muy destacables Mia Wasikowska como la salvaje vampiresa Ava, John Hurt como el
anciano vampiro Marlowe, Anton Yelchin como el compañero músico
de Adam y Jeffrey Wright como el doctor que trafica con sangre humana, entre
otros.
Por suerte, tenemos una
serie de interesantes dilemas: la lucha entre la historia real y la nostalgia,
entre los viejos y los nuevos tiempos, entre la monstruosidad y el destino; se
conjugan sin olvidar el drama, la muerte e incluso alguna revelación sobre Marlowe y los personajes (que resulta
interesante), a la suma de las referencias a Joyce, Fausto, Caligari… Si sois del público que disfrutó de filmes
sobre el vampirismo como Entrevista con el vampiro, Byzantium o The Hunger,
seguramente disfrutaréis de Solo los
amantes sobreviven.
Al final, mientras la
música de Adam se repite, la banda
sonora de SQÜRL lanza su mensaje y
permanece la idea de que hay una larga vida de amor y desamor, y cada personaje
debe decidir si sobrevive o muere. Solo
los amantes sobreviven y el resto de los aficionados al cine de vampiros con
gusto por lo diferente también.