Presentar una novela debería ser siempre un gran rito de despedida de ese libro que hemos escrito. Siempre será nuestro, pero a partir de ahora también será de los lectores. ¿Por qué no hacerlo en un sitio que te guste? En mi caso, lo he hecho con la presentación de Hollow Hallows en un enclave que adoro, el instituto Las Veredillas. Os cuento tras el salto cómo me fue.
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Un servidor junto a su copia de prueba de Hollow Hallows. |
El viernes 30 de octubre pude visitar el instituto de educación secundaria Las Veredillas, donde realicé mis estudios de ESO y bachiller y que es uno de esos sitios a los que siempre voy encantado. Es la tercera vez que lo visito desde que no soy estudiante y, como os conté cuando acudí a hablar con los alumnos el Día del Libro, siempre me siento como si volviese a casa, porque los recuerdos regresan y las personas que siguen por allí son geniales. En este caso fui a hablarles de Hollow Hallows, como os decía al principio, y la verdad es que fue un placer.
Pasé una hora en aquella biblioteca donde pasé tantos recreos leyendo y escribiendo. Estuve hablándoles sobre Hollow Hallows, les mostré la versión de prueba (ese gran volumen que podría descalabrar una cabeza..., y no solo al leerlo), el origen del libro, por qué nos gusta el terror, si es más difícil o menos asustar a través de un libro en comparación con una película, cómo se publicó, cómo se originan las historias, de dónde proviene Halloween, por qué es necesario que no alejemos la muerte de nuestras vidas, cuáles eran mis asignaturas favoritas en bachiller... Fue una mañana estupenda y me sorprendieron por sus acertadas preguntas, desde luego.
Por tanto, quería transmitirle mi enorme agradecimiento a todos los estudiantes, los docentes que lo hicieron posible y los miembros de esa familia que es el instituto. Prometo volver pronto con más libros y que sepáis que podéis contar conmigo para todo lo que necesitéis. Siempre es genial poder hablar con vosotros y volver a veros. Gracias.