"Creo que tenéis que tener esperanzas. Todos deseamos tener algún tipo de final feliz. A mí me atraen los finales agridulces. Cuando la gente me pregunta por cómo va a acabar la historia no lo digo, pero siempre afirmo que esperen algo agridulce al final, como hizo Tolkien. Creo que lo hizo de manera brillante. No lo entendí cuando era un niño y leí El Retorno del Rey…
No puedes cumplir una misión y entonces pretender que la vida es perfecta. La vida no funciona así".
GEORGE R.R. MARTIN.
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| George R.R. Martin y lo que sabemos. Fuente. |
Fue con las relecturas de El Señor de los Anillos cuando el Carlos de trece o catorce años comprendió lo importante que era el final de El Retorno del Rey. Tenemos a unos héroes que regresan a la Comarca, pero lejos de hallarla en paz, la encuentran bajo el dominio de Saruman. Y, al final, cuando la última amenaza es vencida y los héroes vuelven a su vida normal, ¿qué les queda a los personajes?
A Frodo, por ejemplo, le queda el dolor. La herida del Nazgûl, las penurias del viaje hasta el Monte del Destino, el fracaso de su fe a la hora de destruir el Anillo... Frodo no puede volver a sentarse en una mesa con los otros hobbits, no puede seguir adelante... Y eso queda magníficamente relatado en el libro. J.R.R. Tolkien supo cómo cerrar perfectamente su trama con la despedida en los Puertos Grises y ese Sam, que nos representa a todos, volviendo a casa con todo lo que significa.
Pese a todo, Frodo no tiene un final feliz... Ni siquiera triste... Tiene ese final agridulce que quiso Tolkien y al que Martin hace referencia en esta frase, extraída de Los siete reinos.
No sabemos cómo será el desenlace de Canción de Fuego y Hielo, pero pienso que hay que tener fe en alguien como Martin. Si él ha sabido captar lo mejor del profesor, ¿por qué no iba a demostrarlo en el desenlace de su obra?
