Jonathan Strange y míster Norrell: la magia no es respetable

¿Queréis magia? Ved esta serie. Fuente.
La semana pasada empecé a ver la miniserie Jonathan Strange & Mr. Norrell, que adapta la novela Susanna Clarke y viene avalada de cierto éxito que hizo que, hace unas semanas, muchos de mis compañeros no parasen de hablar de ella en las redes sociales. Como algo hay que sacar, decidí darle una oportunidad.

Atraído por los comentarios y la sinopsis sobre estos dos brujos, emprendí el visionado de la serie. Y lo mejor es que, aparte de la producción, los actores y la trama (ese Rey Cuervo...), se trata la magia de una manera distinta a la que suelo ver en la ficción. Y eso es un logro.

Recuerdo hablarlo con mi pareja: "por las imágenes no parece que tenga mucho de magia, pero según la sinopsis son magos... Magos con poderes, no ilusionistas...". Al final, decidimos darle una oportunidad aunque no sabía si me encontraría con una magia sutil o con la magia de rayos fugaces lanzados por varitas, manos, cetros... Y eso que ambas me gustan, pero digamos que la serie partía de ese "misterio".

Al final, encontré una historia donde la magia es un elemento poderoso, sin duda, pero un elemento que simplemente se estudia en grupos de "eruditos", mientras que un verdadero mago vive a la sombra. A su alrededor, existe la idea de que utilizar la magia es impropia de caballeros, lo que ha hecho que Londres no tenga grandes magos desde hace centurias y solo haya "locos" como Vinculus por las calles.
Miniserie Jonathan Strange y Mr. Norrell
Sí, estos señores son magos. Fuente.
Villano The Gentleman
¿El villano de la función? Ya veréis. Fuente.
Olvidaos de encontrar concilios de seres todopoderosos, solo os toparéis señores mayores, aristócratas, en un club british, discutiendo sobre libros de magia, mientras ellos mismos tienen más polvo encima que las obras que sostienen en sus manos. Y si alguien les habla de ser un magician, ellos pronto se pondrán en su contra, porque, insisto, la magia no es de caballeros. Y lo mejor es lo que dice el jefe de este club, algo así como, "los magos no tienen que hacer magia, estudian la magia. Acaso, ¿los astrónomos crean estrellas?".

Y aún así, gracias al señor Norrell, tenemos estatuas que resucitan, duelos con la muerte, los magos en la guerra contra Napoleón, la aparición de una especie de goblin que bien nos recuerda a los duendes de Shakespeare (y me hace pensar en los aparecidos en The Sandman de Neil Gaiman... Algo inevitable)... ¿Cómo no me iba a gustar?

Y otra cosa importante, la velocidad del primer capítulo. La historia avanza rápido, muy rápido, aunque no lo parece. Quiero decir, el episodio duraba una hora, pero para mí fue como si hubiese durado media y eso que no hay mucha acción o un ritmo muy frenético, así que es interesante investigarla también en cuanto a ritmo y, sobre todo, por esa idea que deja caer aquí sobre la magia. Y yo considero que es otro buen ejemplo de cómo la fantasía puede aportar algo nuevo siempre que el autor encuentre un nuevo enfoque. Clarke y los creadores de la serie lo han conseguido, por tanto, echadle un vistazo si sois juntaletras, contadores de historia en general o queréis pasarlo bien. Es algo así como... Magia.

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