Este es un microrrelato que escribí hace unos meses, pero que bien podría haber escrito para El Antro hace unos años, dada la temática, el desarrollo, la fatalidad, la oscuridad, la muerte, el amor... Sobre porqué lo escribí ahora es mejor callar y compartirlo con vosotros. Espero que os guste.
![]() |
Imagen de dominio público. |
Vine al cementerio a pasar la noche, buscando una historia que contar y ahora tengo el mejor sexo de mi vida. ¿Cómo ha pasado? Solo sé que, tras las sonrisas bajo la lluvia, la desconocida me posee con unos besos dulces como el infinito.
—Dime tu…, nombre —jadeo.
—Rowena.
—¡Me gusta!
—¿Mi nombre?
—Todo.
No quería parar. Si la eternidad fuese así, querría ser
inmortal, pero ella dice:
—No volveremos a vernos.
Señala la lápida donde nos apoyamos.
Leo el nombre: Rowena.
Un cadáver.
Rowena estaba muerta.
Y no me importa.
Me entrega una cuchilla en un beso.
Ella hace que cortarme las venas sea un placer.
—¿Eres una fantasma, Rowena?
Sonríe.
—Soy una broma.
Vine a por una historia y encuentro la mía. No la cambiaría
por nada. La súcubo tampoco. Hay amor al poner y recibir el punto final.
Siempre. Descansemos en paz con un último beso.