Críticas de series: Héroes. Volumen uno: Génesis

Los personajes de la primera temporada de Héroes. Fuente.
“Salva a la animadora, salva el mundo”- HIRO.

A lo largo del mundo, una serie de personas descubre que tienen poderes increíbles, desde la capacidad para viajar en el espacio y el tiempo como un oficinista fan de los tebeos (Hiro) hasta un enfermero que descubre que puede adoptar habilidades insospechadas (Peter Petrelli). Sin embargo, un asesino se está dedicando a matar a los héroes para conseguir sus habilidades, uno a uno. Mientras, el fin del mundo está cerca…

En 2006, Jeph Loeb y Tim Kring demostraron que los superhéroes no estaban solamente en los tebeos y las películas. Por un lado, Loeb era un creador de cómics conocido por Batman. El Largo Halloween, por el otro, Kring era famoso por haber concebido series como Crossing Jordan. Juntos, llevaron a la televisión “Héroes”, una obra que retrataba la vida de un grupo de personas normales con superpoderes y que debían evitar el fin del mundo.

Personalmente, esta serie me trae buenos recuerdos. Empecé a verla cuando comencé a leer cómics en serio y, gracias a una acertada primera temporada, sentía que cada capítulo era como un buen tebeo de superhéroes, que te dejaba con ganas de más. Esta sensación siempre se me quedará grabada con el final de un episodio donde Sylar parecía asesinar a uno de los héroes principales (no diré cuál, para no hacer spoiler). Pocas veces, esperar siete días se me hizo tan terrible (quizás cuando tuve que reunir casi 20€ para poder comprarme V de Vendetta, por aquel ya lejano 2007).

A lo largo de veintitrés capítulos, el equipo de guionistas tuvo que contarnos la vida de varios personajes (aparentemente inconexos), el misterio que había tras ellos, el tipo que los intentaba asesinar para robarles los poderes y un posible fin del mundo augurado por Isaac Méndez en sus pinturas. 

Salvar a la animadora fue solo el principio. Fuente.

Si bien se nota cierta debilidad en algunos libretos que parecen simple trámites y tardamos en hallar bien el horizonte hacia el que se dirige la serie, había capítulos con un buen ritmo, grandes momentos (yo nunca olvidé a la pobre camarera pelirroja) e incluso atrapante en algunos instantes (el viaje al futuro, tan homenaje a los cómics de X-Men). Y sí, podían haber diálogos estúpidos, huecos en la trama y demás, pero a mí me chiflaba ver a estos héroes tan diferentes (aunque nunca supe bien si eran héroes del todo y tampoco eran tan diferentes).

El reparto tenía demasiados personajes. Quizás ese era el problema básico.  Había algunos que molaban, como Peter (un correcto Milo Ventimiglia) y Nathan Petrelli (un gran Adrian Pasdar, cuyo rostro siempre me recordó al dibujo del Doctor Manhattan), los que acababan siendo geniales, de verdad, junto a Hiro (Masi Oka, nuestro espejo como fans), eran los villanos encarnados por Linderman (el genial Malcom McDowell), Noah Bennet (Jack Coleman, y sí, ya sé que no era tan malo) y, por encima de todos, Sylar (un excelente Zachary Quinto). 

Habría personajes que mejorarían como Mohinder, otros desaprovechados como el “hombre radiactivo” o Isaac Méndez (un misterioso Santiago Cabrera) y algunos que llegarían a ser geniales, pero sólo en la última temporada como la animadora, Claire (Hayden Pattinare, que pasó de insoportable a buen personaje). Eso sí, los que conseguían ser desarrollados de manera correcta daban un trasfondo que las películas de superhéroes no suelen conseguir debido a que está serie duraba mucho más minutos que cualquiera de ellas.

Si bien la idea de que la serie se hacía demasiado larga una vez se veía de nuevo (me pasó hace poco) sigue estando ahí, también está presente lo bueno de ser una serie diferente. Quizás, el mayor problema que le encontré fue el desenlace (siempre he pensado que se quedaba en nada, ¡el futuro no puede evitarse, chavales) y que estos héroes jamás se les fue la bola lo suficiente como para ponerse un disfraz y ser superhéroes (cosas mías). 

Los antihéroes de la serie. Fuente.

Además, el final tiene un problema grave ¿quién se cree que la explosión no tendría consecuencias sobre la población por muy que se vayan volando?, como bien señaló Alan Moore (que vio el final de la serie por recomendaciones de su entorno). Por otro lado, hay personajes que pronto se quedaron en nada, desde el amigo de Claire u otros con los que nos costaba empatizar, como Mohinder (por mucho que fuera una versión de Charles Xavier).

La serie funcionó gracias también a los guiños. Siempre pensé que era lo más parecido que podíamos tener al tebeo de Watchmen en otro medio que no fuera el cómic, hasta que en 2009 se hizo la película. Esto se debe no sólo a cierta parte del espíritu, sino también la repetición de elementos (la hélice en Héroes, la smiley en Watchmen) o que Sylar fuera una especie de siniestro Jon Osterman (ambos relojeros, ambos trastornados con su poder…). Hasta se hace un homenaje al Reloj del Juicio Final en torno al que gira la trama de Watchmen, con el nombre de un episodio.

Además de innumerables guiños a los tebeos (con el personaje de Micah, otro de los desaprovechados, y la colección de cómics que le regalaban, entre ellos 9th Wonders, el tebeo de Méndez) y homenajes en toda regla como la Plaza Kirby (en honor a Jack Kirby), la aparición del nombre de los capítulos al estilo The Spirit de Eisner o el cameo de Stan Lee como conductor de autobuses. Esto era un deleite para los fans.

Hiro fue la representación del fan en la serie. Fuente.

Héroes. Volumen uno
fue un ejemplo de cómo deberían ser algunos tebeos, ampliando sus horizontes en cuanto a público y dando un tratamiento ciertamente atractivo para todos.

La serie constaría de tres temporadas más (la tercera dividida en dos). Si bien la segunda mejoraba al final, la tercera más o menos, la cuarta se hundía (aunque tenía un final muy Watchmen, con los héroes teniendo que decir si mentir para salvar el mundo) y la quinta (realmente la cuarta si no consideramos los “volúmenes”) mejoraba bastante, pero ya no contaba con el apoyo del público. Héroes, mediante cómics y experiencias en Internet, buscaba ensanchar su mitología, pero pronto se derrumbó al no contar con fans que fueran sus pilares después de flojear en algunos de sus volúmenes. La moda se terminó, quizás antes de darle otra oportunidad.

Siempre nos quedará Héroes. Volumen uno, una historia donde un grupo de personas normales se convirtieron en héroes para salvar a la animadora y así, salvar el mundo.

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