“¿Te has dado cuenta de que todas las máquinas tienen su razón de ser? […] Sus creadores las construyen para que la gente se ría, como este ratoncillo; para saber qué hora es, como los relojes; para que todo el mundo se asombre viéndolas, como el autómata… Tal vez sea esa la razón de que las máquinas rotas resulten tan tristes: ya no pueden cumplir con el propósito para que fueron creadas. […] Puede que ocurra lo mismo con la gente […] Si dejas de tener un propósito e la vida es como… como si te rompieras”.
HUGO CABRET,
escrito por BRIAN SELZNICK,