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Imaginé un lugar y luego lo construí. Imagen libre de derechos |
"Santa Dimmesdale. Gente sensata y tranquila en un lugar sensato y tranquilo"- Lema de la ciudad.
No muchos tienen el placer o la oportunidad de poder fundar una ciudad, pero los artistas pueden crear mundos y darles nombre. Una ciudad, al fin y al cabo, es la suma de gente que puede creer en una misma idea y vivir en ella, dando a los lugares memoria o fantasmas (si os interesa el tema, Alan Moore lo explora fantásticamente en muchas de sus obras: From Hell, La voz del fuego, El amnios natal, Serpientes y escaleras...).
Cuando comencé a escribir la saga Devon Crawford, no era partidario de situar la historia en un lugar. Quería que fuese libre, que cada lector pudiese elegir el sitio donde transcurría. Sin embargo, a medida que avanzaba, encontré varios motivos que me llevaron a fundar mi propia ciudad en esta serie de historias: Santa Dimmesdale.
El cambio se produjo a medida que fui escribiendo El Tiempo del Príncipe Pálido, donde ganó la idea de jugar con toda una ciudad y donde vi que los detalles enriquecían y no entorpecían la trama. Aunque la mayoría de los lugares son imaginarios, al nombrar cierta calle o edificio siento que le da presencia a este lugar y esta obra: se concibe una "mitología" propia o un contexto enriquecido que da vida a los libros.
Estas oportunidades que me ofrece Santa Dimmesdale surgen de diversas influencias que quiero comentar brevemente en esta entrada, a modo, un poco, de cómo se hizo:
Estas oportunidades que me ofrece Santa Dimmesdale surgen de diversas influencias que quiero comentar brevemente en esta entrada, a modo, un poco, de cómo se hizo:
Santa Cruz de Tenerife
El año pasado, por estas fechas, comencé a escribir una oscura historia que transcurría en Santa Cruz de Tenerife y era curioso hacer que mis personajes caminasen por las mismas calles por las que he caminado yo. Me costaba increíblemente y eso que mis primeras historias, como Superhéroes, transcurrían en Santa Cruz. Mi deseo era hacer de Santa Cruz la Barcelona de Carlos Ruiz Zafón, por mucho que algunos odien cómo Zafón retrata a esa neblinosa y misteriosa ciudad de sus novelas.
Dicha historia permanece en el cajón por ahora, esperando hallarle sentido auténticamente, pero la idea de convertir el lugar en el que vivo en ficción no me desagradó. Sé que sería raro que personajes llamados Gwen o Devon fuesen canarias (aunque los nombres inusuales son cada vez más frecuentes), pero sí pensé que podría tomar calles, lugares y enclaves del mundo real y jugar con ellos en la ficción. La descripción puede ser similar (o no), pero el nombre es distinto; por ejemplo. O puedo inspirarme en algún evento o celebración. O en algún modo de ver el mundo, ¿no? No es plagiar la realidad, es jugar con ella e inventar.
Y así me percaté de algo que yo sabía desde que escribí Devon Crawford y los Guardianes del Infinito y es que el camino que Devon y Gwen siguen hacia la Tienda Infinita no deja de ser similar a atravesar la Calle del Castillo con rumbo a la zona de la tienda de cómics Cómics y mazmorras que, curiosamente, luego se ha convertido en uno de los puntos de venta del libro. Para mí, durante años, los cómics han sido magia, he sido amigo de la gente que los vendía y no me parecía extraño que Devon, al fin y al cabo, hallase magia en esa parte de la ciudad.
Pero no fue la única influencia.
Dicha historia permanece en el cajón por ahora, esperando hallarle sentido auténticamente, pero la idea de convertir el lugar en el que vivo en ficción no me desagradó. Sé que sería raro que personajes llamados Gwen o Devon fuesen canarias (aunque los nombres inusuales son cada vez más frecuentes), pero sí pensé que podría tomar calles, lugares y enclaves del mundo real y jugar con ellos en la ficción. La descripción puede ser similar (o no), pero el nombre es distinto; por ejemplo. O puedo inspirarme en algún evento o celebración. O en algún modo de ver el mundo, ¿no? No es plagiar la realidad, es jugar con ella e inventar.
Y así me percaté de algo que yo sabía desde que escribí Devon Crawford y los Guardianes del Infinito y es que el camino que Devon y Gwen siguen hacia la Tienda Infinita no deja de ser similar a atravesar la Calle del Castillo con rumbo a la zona de la tienda de cómics Cómics y mazmorras que, curiosamente, luego se ha convertido en uno de los puntos de venta del libro. Para mí, durante años, los cómics han sido magia, he sido amigo de la gente que los vendía y no me parecía extraño que Devon, al fin y al cabo, hallase magia en esa parte de la ciudad.
Pero no fue la única influencia.
Santa Carla de The Lost Boys
Advertencia: ¡spoilers!
¿Quién no recuerda la frase final del abuelo?
"One thing about living in Santa Carla I never could stomach; all the damn vampires".Es uno de mis momentos favoritos de la película The Lost Boys y me encanta cómo un lugar imaginario consigue parecer tan real a lo largo de la película. Santa Carla es la supuesta capital mundial del asesinato y su aire de típico lugar de veraneo me llamaba la atención por el contraste con los monstruos que esconde. Quería transmitir esa imagen idílica a la vez que terrorífica.
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La bienvenida que nos da Santa Carla. Fuente. |
Sunnydale de Buffy, cazavampiros
La Boca del Infierno es un lugar mitiquísimo, además de una ciudad que es todo un ejemplo: parques, cementerios, hospitales diabólicos, institutos donde se congregan las fuerzas del mal... Ay, una delicia vaya.
Me gusta cómo Joss Whedon y su equipo justificaron que los diversos monstruos surgiesen en este lugar en Buffy, cazavampiros y es algo que tuvo que influir a Russell T. Davies y cierta grieta de Cardiff en Doctor Who. Pienso que dicha decisión aporta todo un aire mitológico propio y justifica la importancia del escenario en todo momento. Además, su periódico escolar debe tener sección de esquelas y tienen tantísimos cementerios por metro cuadrado (y ah, sí, ¡el Bronze!).
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La disfrutaremos sin duda. 😉Fuente. |
Derry de It (Eso) y otras obras de Stephen King
A lo largo de sus más de mil páginas, Stephen King nos relata en It (Eso) la historia de un grupo de amigos y un monstruo, pero también del lugar que ha usado Eso como matadero durante todos esos años: Derry. Este lugar, que aparece en varias obras más del escritor de La Torre Oscura, tiene inspiración en el Maine natal del autor, pero desde un punto de vista oscurísimo, con unos seres que solo esperan su hora para morir, aunque no lo sepan.
Seguro que mucha gente que lee libros fantásticos desea ir luego a ellos (la Tierra Media, Hogwarts...), pero creo que muy pocos querrían ir a Derry.
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Derry en la nueva adaptación de IT de Stephen King. Fuente. |
La huella de Lovecraft
En algún momento de Devon Crawford y los Guardianes del Infinito jugué con los horrores como el kraken o la aparición de la Dimensión Fantasmal. Lovecraft inspiró esos detalles cuando comencé a escribir la novela y, sin duda, esperaba ampliarlo más, pero las reescrituras y cambios hicieron que muchos detalles permanecieran en un segundo plano.
Ahora, que en mi trabajo de fin de máster me ha tocado buscar información sobre la universidad de Miskatonic, Arkham y otros enclaves, he recordado cómo el autor creó una serie de lugares propios que citaba a lo largo de sus relatos y, aunque muchos están inspirados en sitios reales, siempre le dio su propio toque que espero ser capaz de dar en mi propia obra.
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La firma de un genio de la literatura. Fuente. |
Santa Dimmesdale
Dimmesdale surge de un nombre que aparece en La letra escarlata y que me gustó tanto como para guardarlo para algún posible personaje. No obstante, jugué con él: Dimsdale, Dimmesdayle... Nada, el original me gustaba. Sin embargo, la idea de crear un lugar llamado así fue ganando cada vez más terreno.
Me debatí bastante sobre qué nombre ponerle y acabé incluyendo el Santa por Santa Cruz y Santa Carla, aunque sé que quizás San Dimmesdale sonaba mejor. Jugué con bastantes posibilidades, abreviaturas y, al final, llegué a este rebuscado nombre.
Por ahora voy poniendo lugares, sitios, enclaves... Me gustaría que tuviera un nivel asombroso de detalle y que, incluso así, no entorpezca mi trabajo. He creado mundos, países y lugares imaginarios como Hollow Hallows (donde las descripciones de las calles eran más vagas, por ejemplo), pero nunca a este nivel. Y eso me gusta, es un reto... A menudo, escribimos para plantearnos retos a nosotros mismos. En Santa Dimmesdale está la Tienda Infinita, la arteria principal, varias calles como Holland o Laertes, el ayuntamiento con sus gárgolas, el Hospital San Dimmes, la academia militar Ares Anderson, el colegio privado Myerscough, el reformatorio, una playa de arena negra volcánica, un instituto que fue un antiguo orfanato encantado... Vaya, si pudiera, ¡incluso dibujaría o trazaría un mapa!
Y así, poco a poco, desarrollas una historia con él (algo que se denomina worldbuilding). Por ejemplo, incluyes tradiciones o creencias: todo el mundo, incluidos sus habitantes, piensan que su nombre proviene de un santo, pero no hay ningún santo llamado así y su origen es más sombrío y tiene que ver con dos hermanos... Espero algún día contar esa historia, pero es el origen de que ocurran muchas cosas raras en este lugar.
Sea como sea, por ahora...
Sea como sea, por ahora...
¡Bienvenidos a Santa Dimmesdale!
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