IT de Andy Muschietti, reviviendo el horror de Stephen King

Pennywise ha regresado a Derry y su hambre no será fácil de saciar en IT de Andy MuschiettiFuente.
"Miedo"- Pennywise.

Decía Stephen King en una entrevista que, cuando empezó a escribir It (Eso), se lo tomó como la oportunidad de hacerse un examen a sí mismo, de todos los terrores y miedos que le habían sobrecogido desde la infancia, desde los monstruos como Drácula, el Hombre Lobo o la Momia hasta temores más reales como el desamparo de los niños, los monstruos adultos y el temor de la soledad. Cada miedo fue explorado a través de la figura de It, encarnado en Pennywise y en tantas otras truculentas versiones, que ha tomado Derry como su propio matadero. Y, al mismo tiempo que es una historia de terror, también, como siempre le digo a la gente, es una historia de amistad, del grupo de los Perdedores, esos chavales unidos por motivos dispares y que han sido víctimas de ese monstruo. 

Es así como King mezcló el terror fantástico con los miedos cotidianos que sufren un grupo de niños de Derry que deberán hacer frente a sus mayores temores y como ya siendo adultos, deben volver, cueste lo que cueste. A través de más de mil páginas, King consiguió uno de sus trabajos más espléndidos, donde tienen cabida alienígenas cambiaformas o tortugas con complejo de dios (atentos), además del primer amor, la amistad y el miedo. No obstante, es una historia tan poderosa y con ingredientes tan ricos que ya fue trasladada a la pequeña pantalla a principios de los '90, trayendo el temor a los payasos a muchos gracias a un Tim Curry que hizo que aquel proyecto se "salvase" y que resistió gracias a los traumas generados por proyectarla, en países como este, creemos, en horario infantil.

Después de varios años intentando llegar a la gran pantalla y con nombres como Cary Fukunaga en el proyecto, finalmente sería Andy Muschietti (director de Mamá, tanto el film como el corto original) el encargado de dirigir la película dividiendo la obra en dos líneas temporales, una primera parte que tratará de la infancia de los Perdedores, y una futura secuela con ellos de adultos. En el libro, ambas confluyen en un experimento muy difícil que King desempeña con una enorme maestría. En el cine han preferido esta fórmula a la hora de tener más tiempo de conocer a esos chavales que hicieron frente a un temible monstruo que encarnaba sus propios miedos. Y, por suerte, pese a los cambios en la preproducción y las adaptaciones varias, IT funciona.

Como ya señalé en su día en la crítica de la novela, It (Eso) es una de las mejores novelas de Stephen King. ¿Lo es la nueva película?



Creando pesadillas

Andy Muschietti, apoyado en la fotografía de Chung-hoon Chung (el hombre encargado del mismo apartado en películas como Stoker, Oldboy...), cuenta de modo solvente esta aventura que se apoya en los recursos habituales del género de terror en sus momentos más oscuros y con los matices de otros géneros cuando se centra en los amigos; por fortuna, sin perder el aura de Stephen King incluso cuando añade escenas o cambia hechos. Hay dos momentos del montaje que me sacaron levemente de la película (la música de New Kids on the block en el cuarto de Ben o la cámara lenta del duelo a pedradas), pero, de resto, la dirección es oportuna hasta cuando se mueve por los lugares comunes de las fórmulas de los directores de terror a la hora de asustar.

Hay varias escenas potentes como ese arranque ya conocido, con el pequeño Georgie persiguiendo el barco de su hermano y encontrándose con Pennywise, o la visita a la antigua mansión de Neibolt Street o el viaje hasta las sombras de cada uno de los niños cuando se encuentra con sus monstruos; quizás el momento cumbre con esa pobre Bev en el baño o Bill en el sótano persiguiendo al pequeño Georgie. No siempre se abusa del miedo más fácil, pese a usar técnicas como el enfoque irregular o seres con movimientos extraños. El film funciona y creo que recoge perfectamente la metáfora final sobre cómo los niños deben superar sus miedos cuando Bill apunta al fantasma de su hermano con la "pistola" y se despiden para siempre.

Sobre el guion, la atmósfera de King, como decía, continúa vigente y eso se nota cuando la importancia de la trama de los amigos es tan importante como Pennywise. Hay varios cambios, pero todos permisibles para llevar una abrumadora novela de ingente cantidad de páginas al cine. Puede que para alguien que conoce la obra, no haya muchas sorpresas salvo ver los nuevos miedos y monstruos que han decidido tomar (aunque haya algún guiño al final, por ejemplo, a la momia que veía Ben en el libro) y que hayan decidido centrar también la obra en el misterio de Pennywise y dejar de lado instantes que solo funcionarían en un libro o una hipotética serie (cuando Bill y compañía se dedican a hacer su pequeña presa). No obstante, sobrevive el aura de King incluso en ese maléfico padre de Bowers, reconvertido en policía, o en esa pequeña Bev y su tiránico progenitor.

Siempre nos preguntaremos cómo hubiera sido la versión dirigida por Cary Fukunaga, el director de la primera temporada de True Detective y que estuvo envuelto en el primer guion del cual han sobrevivido muchas partes en la película que finalmente ha llegado al cine (por ejemplo, el hecho de trasladar la historia de los '50 a los '80). ¿Hubiera sido más sutil o no? ¿Qué miedos hubiera explorado? Distinta, sin duda, mejor o peor ya sería una pregunta a formular en un terreno demasiado hipotético.

El nuevo Pennywise luce como un ser que ha sobrevivido siglos y siglos buscando el horror en sus víctimas. Fuente.

Los Perdedores

Un punto a favor del film es que logra, gracias al guion y la química de sus actores, que sintamos que realmente son esos amigos que pensábamos que eran en el libro. Cuando uno lee It, siente que tiene esos amigos de papel y tinta. En el film, los notamos como compañeros de celuloide y se consigue transmitir ese mensaje, desde el heroico Bill el Tartaja (encarnado por Jaeden Lieberher) pasando por el bocazas de Ritchie Tozier (estupendo Finn Wolfhard, conocido por Stranger Things), sin dejar a la espléndida Bev de la mágica Sophia Lillis o el tímido Ben (un simpático Jeremy Ray Taylor), o el temeroso Stanley (Wyatt Oleff), el hipocondríaco Eddie (Jack Dylan) y el valiente Mike (Chosen Jacobs). Y si hablamos de ellos, también tenemos a los matones, la panda de Bowers, que cumple, sobre todo, en el caso del jefe, interpretado por Nicholas Hamilton, a riesgo de dejar momentos tan espeluznantes como la muerte de Patrick (Owen Teague) en el libro, pero recuperando otros del libro como la marca con la navaja en el pobre Ben

Me parece muy loable también el papel de Bill Skarsgård como Pennywise. Más allá de las comparaciones con Tim Curry (muchos cometen el error de pensar que este film es un remake de aquella miniserie y no una nueva adaptación de la obra original, ay), el joven actor de veintisiete años logra crear a un Pennywise que, más allá del maquillaje y el vestuario, resulta terrorífico e inquietante, divertido, perturbador y, a la vez, atroz; un ser que no es de este mundo como no lo era en el libro y que, aunque aparece lo justo (¿quizás demasiado para algunos habituados a la carnicería fácil?), consigue una tensión única y perturbadora en las escenas que solo le pertenecen a él, haciendo que los chavales tengan un enemigo a la altura (véase la cara de terror de la pobre Sophia Lillis cuando se cruza con el actor de Pennywise en más de una escena).

Los Perdedores y Pennywise son un punto fuerte para una películas que sorprende por cómo adapta todo el material sin sentir que caigamos en puntos donde nadie entienda el film por no haberse leído la obra (como en otras adaptaciones) o se sacrifique todo el mensaje.

IT dura dos horas y, desde mi punto de vista, nunca se hace larga. Cabría destacar que aquel que espera sustos y matanzas porque sí, sin contar con la historia de los amigos, acostumbrado a que los personajes sean solo carne de cañón con un solo plano de sí mismos, se sientan engañados por un film y una novela que no van sobre eso, sobre la sencillez de un género maltratado en el cine... Por suerte, para el que busque el espíritu de IT, este sigue vigente a lo largo del metraje por mucho que la edición haya quitado algunas escenas, como, seguramente, el regreso de Bowers o el papel de sus compañeros en el punto final de la trama.



El miedo volverá

IT es la demostración de que se puede adaptar bien a Stephen King, que, con cierto mimo en todos los aspectos, incluso una obra de aspecto inadaptable como esta, puede funcionar en la gran pantalla sin convertirse en una colección de recortes como lo fue la miniserie de los '90, por mucho que contase con el genial Tim Curry. Todos los temas que han hecho que la literatura de King se siga vendiendo están presentes en la propia película y no sacrifica algunos guiños para los grandes fans del libro, como los cameos de la tortuga. El propio King, que no colaboró con el film, se mostró gratamente sorprendido con el resultado final, que parece vaticinar que hay futuro para las adaptaciones de King pese al batacazo de La Torre Oscura

Hay puntos en el libro original, no obstante, que son inadaptables o que se juega con ellos de un modo distinto en la película. Muchos señalan el ritual que realiza Bev para unir a los Perdedores (y hay un guiño en el film con el tema del beso), pero creo que otros puntos como la relación enfermiza de Patrick y Henry se dejan de lado por el tono que se ha querido dar de por sí al film y, al fin y al cabo, el espectador siempre tendrá el libro como otra posibilidad de descubrir la historia, ya que una adaptación, por buena o mala que sea, no hace desaparecer o invalida la obra original (menos mal).

Los Perdedores son un completo acierto en el film, sobrellevando gran parte del film con una solvencia impecable. Fuente.

La ambientación de los '80 está muy conseguida (atentos a todos los guiños cinéfilos, los pósteres de BeetlejuiceBatmanPesadilla en Elm Street 5 Arma letal 2). Donde mejor funciona es a la hora de recrear los pasajes más tétricos, como esa mansión o, sobre todo, el sistema de desagüe de un Derry terrorífico al cien por cien, con una gran conclusión que explica esa frase de "todos flotamos aquí abajo".

Mención de honor para la música de Benjamin Wallfisch, compositor de la banda sonora de varias películas recientes del género de terror como Annabelle Creation, y que aquí juega para mezclar la fantasía de los niños con temores demasiado reales. Agrega el sonido de violines y la tensión en su partitura y aporta varios temas interesantes a IT. Estupendo, además, que se haya retomado temas como el Dear God de XTC o el Six differents ways de The Cure.

IT culmina con el final de un capítulo uno que deja la puerta abierta para ese capítulo dos que narrará cómo los amigos, veintisiete años después, regresan a Derry para hacer frente a Pennywise. Aguardamos que todo lo que ha hecho buena esta película sobreviva incluso al fantasma de IT y tengamos un cierre digno para la adaptación de una de las mejores historias de terror, amistad y fantasía de la literatura y contada, nada más y nada menos, que por alguien con el talento de Stephen King.

Uno de los momentos más recordados de la novela original vuelve al cine con esta adaptación. Fuente.

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