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The Neon Demon, ¿cuál es el precio de la belleza? Fuente. |
"La belleza no es una de las cosas más importantes.
Es la única cosa importante".
"It's big and it's bland / Full of tension and fear / They do it over there but we don't do it here / Fashion! / Turn to the left / Fashion! Fashion!". Eso cantaba David Bowie en su clásico y es lo que se me viene a la cabeza cuando pienso en una película tan raramente particular como es el caso de The Neon Demon de Nicolas Winding Refn, director de cintas como Drive o Solo Dios perdona.
The Neon Demon nos transporta a un mundo donde la belleza lo es todo... o quizás solo es nuestro mundo desde una mirada más oscura, donde la vanidad se advierte en la frivolidad monstruosa de cada acto. La historia sigue a Jesse, una joven modelo de dieciséis años que está a punto de aprender lo que significa desafiar a las diosas de la belleza y cómo la envidia, el deseo y la oscuridad de cada uno de nosotros echa a perder cualquier cosa.
Por el argumento, puede pareceros una película del montón, como podría parecerlo una cinta como Cisne negro y, aunque NWR (como firma la cinta), no llega del todo al nivel de Darren Aronofsky (y las obras que inspiraron a este), sí hay mucho de locura visceral en cada uno de los fotogramas que acompañan a esta cinta.
Si habéis visto alguna de las películas anteriores del director danés, sabréis en qué división juega: entre la exultante belleza práctica y el terrible horror humano, sin dejar de lado la macabra caída a la que conducen los caminos más lúgubres de cada uno de nosotros; todo ello con una fotografía, una música y una utilización de la hipérbole que puede marear a más de un espectador que no aguardaba esto.
The Neon Demon se acerca a ese lado siniestro le moda que ya tocó Alan Moore en aquel guion de cine que nunca se llevó a la gran pantalla, Fashion Beast, pero añade varias escenas realmente incómodas y un final que no es apto para todos los públicos y que más de alguno considerara simple provocación o una llamada a la repulsión por parte del director danés (como si a él le importase lo que piense la gente...).
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Bienvenida al horror, querida. Fuente. |
Muy destacable el papel de Elle Fanning como la suprema Jesse, Jena Malone como la oscura Ruby, Bella Heathcote como Gigi y Abbey Lee como la vampira Sarah; aparte de los cortos papeles o cameos de actores como Keenu Reeves o Christina Hendricks. Todo ello junto al uso de la fotografía, la luz, la música y el mundo tan particular que teje el realizador de Drive.
La cinta, muy deudora de films como la ya citada Cisne negro o Eyes wide shut, es drama, suspense y terror hasta un punto en que muchos espectadores abandonarán su visionado antes de que concluya y se crearán argumentos contrarios a la apuesta como que incite a la violencia o que NWR se regocije con ciertos planos de ducha y escenas que "no vienen a cuento", argumentos que sucumben con facilidad cuando nos centramos en la enorme hipérbole y metáfora ante la que asistimos: en nuestra sociedad, todo el mundo quiere ser hermoso, cueste lo que cueste, por horrible que sea aquello que tengamos que hacer para lograrlo. Es la nueva moda y la moda es nuestra religión. The Neon Demon es una cinta exagerada, violenta e incómoda, pero no por ello tenemos que conformarnos con su antítesis, ¿no?
Ahora, sonreíd. No dejéis que las arcadas venzan. Las fotos ya vienen. Ya eres un dios... o un monstruo.
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The Neon Demon, una pesadilla de moda. Fuente. |