¿Por qué seguir escribiendo? ¡No te rindas!

Este es uno de esos post que intenten que no suene como una especie de entrada de autoayuda, ¿vale? Imagen de dominio público..
Hace poco (en medio de mi amiga, la fiebre), me dio por volver a ver el discurso de Neil Gaiman ("make good art") en la Universidad de Artes, que es algo así como el vídeo en el que siempre caigo cuando estoy desmotivado o no sé lo que debo hacer. Bien. Fue escucharlo de nuevo para recordar algo muy importante: el valor de la equivocación.


A veces, más vale que te arriesgues y hagas algo mal, que el hecho de no arriesgarte. Me parece que hay más valor, a veces, en lo primero, que en quedarse sentado en un lado, sin hacer nada, preguntándote qué hubiera pasado si lo hubieras hecho. "Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes", decía el sabio maestro Yoda. ¡Pues hazlo! Aunque luego salga mal... 

El ejemplo claro que pone Neil Gaiman es que él se equivocó una vez escribiendo Caroline y surgió... "Coraline", que sonaba como un auténtico nombre con el que bautizaría a la protagonista de su novela.

Si no nos equivocamos, jamás aprenderemos; si no hacemos nada, jamás habrá algo de lo que sentirnos orgullosos o no. Pero pensaréis: "eso es fácil decirlo, pero hacerlo... Todo el mundo te destripa". Sí, es cierto. Vivimos en esa mágica época en que muchos te criticarán o te arrancarán la piel a tiras (bueno, en otra época podían quemarte, mandarte a prisión o tirarte tomates de modo literal, así que tampoco nos pongamos lloricas). Así que ¿por qué arriesgarse? Pues mi respuesta es que la vida es corta y merece que la vivas como te dé la gana, ¿sabes? Al fin y al cabo, solo tienes una vida. ¿Por qué vivirla según otros? Vívela con tus aciertos y tus errores, con tus éxitos y tus fracasos, pero no te quedes parado, no dejes de actuar si sientes que es lo que debes hacer. 

Si algo aprendí en 2016 es que pueden decir de ti lo que te dé la gana y puedes sentirte a veces mal, pero si escribir es todo para ti, si es algo que disfrutas, por mucho que te digan que dejes de hacerlo o que no les gustas, da completamente igual. Lo repito: NO IMPORTA. ¡DA IGUAL! ¡SIGUE ESCRIBIENDO! 

Hay gente que te pedirá que dejes de respirar o que dejes de ser tú, pero tú debes quedarte quieto y decir: ME GUSTA RESPIRAR, ME GUSTA SER YO. No puedes evitarlo. Y eso es lo que no voy a dejar de hacer nunca: escribir. Así que, si realmente te gusta hacer algo, no lo dejes de hacer por mucho que te digan, porque es lo que te alimenta, lo que te da ganas de seguir viviendo y nadie debería dejar esas cosas de lado. No es sano. No seas un vivo muriente, que es algo así como un muerto viviente, pero sin caché.

Y si no me creéis, vuelvo a acudir al escritor de Neverwhere. Neil Gaiman llegó a responder una vez en su fantástico Tumblr:
"Publiqué mis primeras historias cuando tenía veintitrés. No era muy buenas. Publiqué mi primera novela en solitario cuando tenía treinta y seis. Estoy complacido de no haberme rendido cuando tenía veintitrés. 
Necesitas una cierta cantidad de experiencia vital y un montón de experiencia escribiendo".
Conclusión...
¡NO TE RINDAS!

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