Entre haters y fanboys (o cómo Batman v. Superman rompió el fandom)

El fandom es más peligroso que el Superman de Snyder. Fuente.

Las redes sociales son el magnífico reflejo de cómo la humanidad puede subir al escenario, coger un micro y, sin saber qué decir, comenta lo primero que se le pase por la cabeza y no siempre es bueno.

Antes, se decía que cada uno de nosotros podía gozar de cinco minutos de fama gracias a la televisión, que ese era nuestro momento para disponer de todo lo que habíamos aprendido o hacer el ridículo. A eso se le llamaban los cinco minutos de gloria.


Hoy, ya las televisiones o los medios de masas poco tienen que decir ante el auge de las redes sociales donde, cada uno de nosotros, puede “retransmitir” sus vidas sin que todos los actos tengan la importancia necesaria de ser contados. Puedes dar los buenos días en una red, puedes decir que te duele algo en otra, puedes comentar que tienes nuevas cortinas… Tu vida es el nuevo Show de Truman, pero ¿qué más da? Es tu vida, es tu ego, véndelo.

Lo curioso es cuando se estrena una película y las opiniones vuelan, pero no vuelan de un modo normal y corriente. No, qué va. Lo hacen como puñales en La Casa de las Dagas Voladoras. “Tu opinión no vale nada”, “no sabes de lo que estás hablando”, “si te ha gustado, no tienes buen gusto”, “ojalá tal película fracase”, “tal película de Marvel es mejor”, “la película de DC es más adulta”… Y así, un hervidero de opiniones dignas de patios de colegio donde lejos de ser solo comentarios sin más, se transforma en una especie de bullying donde la gente cree que puede insultar, humillar y seguir de largo como si no significase nada.

Voy a decir algo evidente, pero que puede que hayamos olvidado: detrás del ordenador, hay alguien y ese alguien es una persona. Vendría bien que todos lo recordásemos. La gente tiene sentimientos y responsabilidades sobre aquello que dicen o sufren. Estamos en un mundo lo suficientemente horrible como para intentar estropearlo más con peleas que no llevan a ningún sitio. En un debate no hay que ganar, no hay que destrozar, no hay que ser mejor que el otro, uno se puede disculpar... ¿Sabéis?

Internet Vs. Realidad. Fuente.

La semana pasada, el estreno de Batman v. Superman: El amanecer de la justicia (aquí mi crítica), ha sido el motivo para que haters y fanboys emprendan sus batallas normales. El hater odia todo, desea que la película se hunda, todo es basura, saben de cualquier concepto de dirección o montaje (aunque nunca lo hayan estudiado) y tienen que postear su opinión en todos sitios, tanto a los que les ha gustado como a los que no. El fanboy de la peor calaña tiene que adorar toda la película, sabe mucho de cómics y cine, todo es perfecto, el problema es de los demás (hay mucha envidia), los millones justifican los errores… Ambos son dos caras de la misma moneda, una moneda de la que el fandom debería huir. ¿Por qué no recordamos que tenemos una vida y esto es solo una película?

He leído cosas horribles en estos días, como que habría que vetar a un director, como que las películas de Marvel son todas horribles, como que DC debería sufrir una condena por su última película, que el público es idiota por ir a ver esto… En serio, asomaros por las redes sociales y vislumbrad el crepúsculo del fandom, si es que una vez dispuso de un amanecer. ¿No tenemos ya todos una edad para no andar por ahí a la gresca? ¿No podemos intentar ser un poco objetivos y eliminar los prejuicios?

La vida de un pregonero de las redes sociales. Fuente.


Bloquear contactos, huir de las redes sociales, obviar comentarios hirientes… En eso consiste afrontar el ciberuniverso en estos días tras el estreno de Batman v. Superman. Es como si todo el mundo hubiese encontrado un pasatiempo para los días de vacaciones de la semana pasada. Olvidaos de tener una vida, comentemos y destruyamos. 

Al final, ¿qué demonios…? ¿Qué premio te van a dar por ser un cretino en las redes sociales soltando tu amor o tu odio a costa de fastidiar a los demás por una película? ¿Nada? ¿En serio? ¿Nada? Pues parece que sí, que te ibas a llevar un premio.


En definitiva, no estoy diciendo que no podamos tener opiniones ni que no podamos entablar ciertos debates, pero lo que sí estoy diciendo es que es necesario que aprendamos a respetar las opiniones ajenas y comprender que esto es solo una película y que nadie merece ser humillado por lo que piense de ella, porque sí, en el cibermundo todos parecen matones, pero en la realidad no deberíamos olvidar que imponer opiniones es algo que nunca ha llevado por el buen camino a nadie. Y el fandom, en el fondo, sabe lo que es pecar de esto con demasiada asiduidad. No me extraña que yo me haya bajado hace mucho de este tren. No es un viaje que me plazca y ni Batman ni Superman ni todos los héroes de cualquier editorial pueden salvarlo.

Sigamos... Fuente.

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