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Hi, guys!
Sí, siempre he querido saludar en inglés en una de estas columnas para empezar por la premisa más simple: lo más ridículo, cuanto antes, mejor.
Como esta columna de hoy contiene suficientes elementos ridículos, creo que venía bien soltarlo cuanto antes mejor. ¿Lo habéis pillado? Explicarlo es realmente triste.
Estaba en 4º de la E.S.O. en aquellos días de la historia que os voy a contar. Imaginadme. Sí, la misma basura a un nivel más pequeño, pero a mí eso me importaba una mierda. Era un chaval de dieciséis años que nunca había esperado llegar a los veintidós que tengo ahora y seguía con una alocada vida que… se componía de ir al cine con sus primeros amigos de verdad y salir a dar vueltas (a veces, incluso me mareaba). Ya. Fin.
Esto es jodidamente deprimente, lo sé.
Sé que me esperabais subido a una mesa de un antro con mi guitarra eléctrica y una sobredosis en las venas, pero no fue así. Nunca me subo a mesas.
Por aquellas fechas era un poco borde, pero tenía amigos pese a que salí en un test que era antisocial (uno de la asignatura optativa de psicología, no de una revista para quinceañeras). Se ve que en esa época la gente es muy insensata y tiende a unirse con el chaval raro. Ahora acabo de acordarme de que amenacé a muchísima gente con darles una paliza por cabrearme. La verdad es que no sé qué me pasaba en esos días.
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Fueron dos momentos importantes que me hicieron ver que todo era más pequeño de lo que yo realmente pensaba y eso es lo más bueno que os puede pasar si alguna vez pensáis en cómo encontrar o no cultura. Y ya sé que no viene a cuento, pero mi yo editor me da un besito por cada palabra que escribo.
En fin, volvamos a la tienda de cómics. Fue un amor a primera vista.
Qué cómics, qué figuras de acción, qué pedazos de tomos… (Léase con tono guarro).
Y voy y le pregunto a la chica pelirroja que trabaja allí:
Y voy y le pregunto a la chica pelirroja que trabaja allí:
— ¿Tenéis V de Vendetta?
Inciso: V de Vendetta significaba (y significa) mucho para mí. La película fue la primera que vi con amigos y resultó una experiencia genial que cambió muchas cosas. Adoraba esa película que ahora me parece una bazofia infumable destinada a tergiversar un mensaje. No importa, solo sabed que fui como cuatro veces al Carrefour en su día para saber si habían traído la edición de V de Vendetta cuando salió en DVD y la compré el día antes de que empezará el horrible 4º de la ESO que tanto me gustó, pero que odié por coger Ciencias y porque mi profesora de matemáticas que era una especie de Dolores Umbridge me suspendiera. De todas formas, aquel DVD vino con los primeros capítulos del cómic y… Maldita sea, ¡qué pasada!
Para mí leer los primeros números de V de Vendetta de Alan Moore y David Lloyd supuso un golpe que me hizo decirme a mí mismo:
— ¡Sé escritor, maldita sea! ¡Vas por el buen camino!
Volvemos a las tiendas de cómics. Voy acompañado de un amigo y una amiga que van a acabar liados de manera inminente (¿recordáis que en la columna pasada os contaba cómo era un candelabro? Pues aquí el begins).
Hay una chica pelirroja frente a mí.
Apretemos el play y…
—Sí, tenemos un ejemplar de V de Vendetta. Aquí.
Aquel día en el cielo de mi mente sonaron celestiales trompetas que sonaban más que a trompetas a los ecos del Bohemian Rhapsody de Queen.
Aquel día en el cielo de mi mente sonaron celestiales trompetas que sonaban más que a trompetas a los ecos del Bohemian Rhapsody de Queen.
— ¿Cuánto cuesta?
—17 euros.
Vale.
Era un chico de 4º de la ESO que pensaba que nunca encontraría cómics ni libros en La Roca. Imaginad mi nivel intelectual y mi dinero de esa época, que oscilaba seguramente los 5 euros o la nada.
Me acuerdo que intenté convencer a los casi novios de comprarlo entre todos y lo turnábamos como aquel ejemplar del Hombre Radiactivo de Los Simpson que acababa destrozado. Adoro ese capítulo. Y seguramente en la realidad visto lo visto hubiera acabado igual.
Ahorremos los dramas (pero no el dinero).
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Three men and a comic book. ¿Recordáis este capítulo maravilloso? Fuente. |
Tuve que esperar una semana. Fue una de las más largas de mi vida. Desde el viernes que pisé por primera vez aquella tienda hasta el siguiente. Horrible, espeluznante, asqueroso, denigrante… E iba marcando esos días de aguantar a profesores de Ciencias que pensaba que era idiotas, compañeros de clase que tenían el nivel cerebral de un conguito (es decir, yo pensaba que ellos eran idiotas) y una amiga y un amigo de liada inexorable, y yo seguía pensando en un cómic en vez de pensar en el amor y todas esas chorradas (para mí, entonces, pues sí, oiga).
Esa semana me acuerdo que la profesora de Ética nos llevó al cine a ver una película rara. Es decir, una película algo larga, rodada de forma simbolista, con subtítulos y donde había tetas y se follaba entre naranjos. Exils se llamaba. También trataba de volver a tus raíces y todo eso, pero ese fue el día en que mi amigo y mi amiga empezaron a salir juntos (¿no os dije lo de liada inexorable?) y yo estaba allí pensando en cómics.
Siete días después...
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Llegué a la tienda de cómics. No contaré las cosas que tuve que hacer para conseguir aquel dinero, no contaré a la gente que pedí favores ni a las personas que tuve que matar… Da igual, era dinero ahorrado y algo que le pedí a mi padre o mi madre. Lo auténticamente importante es que tenía aquel hermoso cómic de tapa dura, con el rostro sonriente de la máscara de V y era mío. Todo mío. Mi vida, solo mío. Mi tessssoro. Coff, coff…
Ejem, prosigamos.
Después de la tienda de cómics y revisar el cómic mil veces, amigo y amiga (ahora novio y novia) decidieron irse a unas escaleras de una especie de zona comercial. Al otro lado había otras escaleras y allí estaba yo con otra amiga (no confundir con novia de novio) al lado, que había venido con nosotros. Una chica y un cómic.
Y un cómic.
Y una chica.
Y un cómic, sobre todo… un cómic.
Esta es una historia de amor. De cómo esa chica no quiso liarse conmigo y como yo no me lié con ella, de cómo yo preferí quedarme leyendo V de Vendetta mientras los novios, en una escalera a pocos metros descubrían los dones del choque de lengua en mandíbula ajena (muac, muac que suena más al Alien haciendo la digestión). Fascinante.
Con el tiempo, cada vez que he pasado por esas escaleras he recordado que seguramente aquel momento que significó mi declive para mí y mi alzamiento para los carlosjegurenistas, mis fans invisibles que habitan en mi mente. Otros, simplemente, dirían que fue un punto de inflexión. No llaméis al maldito Freud, no quiero saber qué pensaría él de esto.
Preferí un buen tebeo a intentar ser una persona normal, porque una persona normal seguramente hubiera atacado sin más y hubiera intentado algo con una amiga porque sus otros amigos con los que ha salido se han liado y porque la gente normal es extraña y no sé si la comprendo cuando no son personajes míos. Hay gente que siendo candelabro lucha por convertirse en una lámpara de araña.
Preferí meterme en un mundo donde una Inglaterra autoritaria había creado a un ser como V antes de querer crecer. El resumen de mi vida. Para los que aún no os habéis dado cuenta, mi existencia es un ser que soy yo intentando escapar de un reloj gigante que rueda tras de mí.
Y un cómic.
Y una chica.
Y un cómic, sobre todo… un cómic.
Esta es una historia de amor. De cómo esa chica no quiso liarse conmigo y como yo no me lié con ella, de cómo yo preferí quedarme leyendo V de Vendetta mientras los novios, en una escalera a pocos metros descubrían los dones del choque de lengua en mandíbula ajena (muac, muac que suena más al Alien haciendo la digestión). Fascinante.
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Alien besito. Fuente. |
Preferí un buen tebeo a intentar ser una persona normal, porque una persona normal seguramente hubiera atacado sin más y hubiera intentado algo con una amiga porque sus otros amigos con los que ha salido se han liado y porque la gente normal es extraña y no sé si la comprendo cuando no son personajes míos. Hay gente que siendo candelabro lucha por convertirse en una lámpara de araña.
Preferí meterme en un mundo donde una Inglaterra autoritaria había creado a un ser como V antes de querer crecer. El resumen de mi vida. Para los que aún no os habéis dado cuenta, mi existencia es un ser que soy yo intentando escapar de un reloj gigante que rueda tras de mí.
Recuerden, recuerden...
Desde aquella semana visitamos puntualmente la tienda de tebeos y fui aprovisionándome de víveres, es decir, cómics. Recuerdo que gasté 35€ en Watchmen y no sabía si comprarlo porque para mí era un pastizal en la época y sentía que me estaba internando en una mala vida de vicio y corrupción, que gastarme aquel dinero en un cómic era horrible y debía ser preferible inyectarme crack con la jeringuilla de un sidoso.
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Watchmen. Fuente. |
Y la cuestión continuó más tarde cuando compré el primer número de Civil War porque hacía mucho que no compraba un tebeo y no sabía que acaba de salir... Y ese crossover no estaba acabado y fue el primero a que me enganché.
Luego, comencé bachiller. La gente de la tienda de cómics se haría casi “amigos” nuestros. Llevé a mucha gente esperando si reaccionaba con aquel sentido de la magia. ¿Recordáis al Amigo? Os lo presento: fue el tipo que se llevó la primera bronca por leerse un cómic sin pagarlo y luego preguntó si buscaban dependientes, mientras nos daba la mano al novio y a mí por descubrirle aquel lugar de cómics.
Luego, comencé bachiller. La gente de la tienda de cómics se haría casi “amigos” nuestros. Llevé a mucha gente esperando si reaccionaba con aquel sentido de la magia. ¿Recordáis al Amigo? Os lo presento: fue el tipo que se llevó la primera bronca por leerse un cómic sin pagarlo y luego preguntó si buscaban dependientes, mientras nos daba la mano al novio y a mí por descubrirle aquel lugar de cómics.
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Nunca olvidaré esta doble página. Fuente. |
Otra historia o confesión, señora jueza: una vez me gasté más en cómics cuando volví de una excursión a Las Palmas que en la misma excursión, pero no se lo digáis a mi madre, por favor.
Durante años, compré muchos tebeos, viví muchas cosas en esa tienda de cómics y en otra que abrieron más abajo y adonde se fue esa chica pelirroja de la que os hablé.
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Los Thunderbolts de Warren Ellis, que empecé en ese viaje. ¿Y si os digo que lo compré porque la portada me gustó y luego el cómic me encantó? ¿Y si os digo que no entendía por qué Ellis se fue tan rápido? Fuente. |
Soñé y dije mucho e hice tantas cosas… Final de 4º, luego bachiller, después la carrera.
¿Ocho? ¿Siete? ¿Seis años? No sé cuánto pasó pero sé que me vieron crecer desde un chico que no hablaba mucho hasta cuando me volví un oscurillo que pensaba que un gesto de rebeldía era llevar un pin de Los Ramones en sus pantalones (fuera, dentro es incómodo y extraño). Luego supongo que vieron que me volví idiota, cambié por alguien más optimista y al final soy esto (que no sé ni lo que soy).
Nostalgia by Veidt. Fuente. |
Tras este último verano, pasaron dos meses sin ir a ninguna tienda de cómics. Como dije por mi blog, siento que estoy naufragando y no sé a qué cosa aferrarme. Necesito pensar y cambiar tantísimas cosas de mi vida ahora que, a veces, me agarro a estos recuerdos de V de Vendetta, amigos que no lo son ya, amigos que no veo tanto, gente de tiendas de cómics y las propias tiendas, además de todo lo que cambió cada viernes que solíamos ir: cómo iba con amigos, cómo luego empecé a ir con mi novia, cómo todo ha cambiado.
No, es mentira. En el fondo me va bien y el comentario anterior fueron un par de frases al estilo drama queen. No me gusta fornicar con la nostalgia, suele tener enfermedades venéreas que corrompen tu mente, se les llama malos o falsos recuerdos.
Fuck you, nostalgia!
No, es mentira. En el fondo me va bien y el comentario anterior fueron un par de frases al estilo drama queen. No me gusta fornicar con la nostalgia, suele tener enfermedades venéreas que corrompen tu mente, se les llama malos o falsos recuerdos.
Fuck you, nostalgia!
Sin duda, uno de mis cómics favoritos. Fuente. |
Y mientras escribo sobre este pasado, siento que os estoy dando explicaciones de cómo he llegado a ser esto y porqué a veces estoy feliz y en otras no, por qué a veces estoy enfadado y a veces no, por qué hay cosas eternas y otras que lo parecen y no lo son…
Y porque hay recuerdos que valen más que el dinero y que espero atesorar aquí, que si algún día los olvido pueda volver a ellos como volvería a aquella escalera para recordar otro momento, otra época.
Y eso es todo.
No os olvidéis de lo que importa. Podría serviros para llenar una columna en el juntaletras.
No os olvidéis de lo que importa. Podría serviros para llenar una columna en el juntaletras.