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La Madre de Dragones hará frente a su más poderoso enemigo en este episodio: The Spoils of War. Fuente. |
El capítulo de esta semana de Juego de Tronos, The Spoils of War, ha sido bastante intenso. Uno de esos de pasarse medio episodio gritando y esperando que no ocurra lo peor. O sí, porque los espectadores de esta serie tenemos mucho de masoquista y uno nunca sabe muy bien qué está por venir, por mucho que se eche de menos la guía de referencia de los libros de George R. R. Martin.
En The Spoils of War tenemos algunos defectos, sobre todo, en esa Daenerys más preocupada por Missandei y sus líos que por lo que está por venir o ese Davos y Jon comentando las "virtudes" de la Madre de Dragones. Además, el encuentro de la gruta de vidriagón suena tan oportuno que nos hace pensar en si Jon no se habrá puesto artístico a dibujar en la cueva durante toda la noche. En fin, que todas las piezas se deben mover al doble de velocidad de lo que se han movido hasta ahora y uno siente que la serie va demasiado rápido en algunos puntos.
En un inicio, el capítulo podría resumirse en muchos encuentros muy deseados por los fans, sobre todo en Invernalia, donde Arya es recibida por Sansa y ambas encuentran Bran, que ahora es el Cuervo de Tres Ojos. Después de todos los sufrimientos de la familia Stark se siente como un buen momento, acompañado del tema central de la casa y del Norte recuerda. He notado cierta frialdad entre Sansa y Arya (que sí, nunca se llevaron bien), pero creo que va a mejor cuando Bran deja cierto puñal valyrio que podría ser perfecto para que Arya cumpla con el destino de Meñique. ¿O estoy imaginándome un futuro mejor del que tendremos?
Sea como sea, The Spoils of War mejora sobre todo en el último tercio, cuando se nos ofrece una batalla espectacular que nos hace pensar lo mucho que echaremos de menos esta serie cuando se acabe. Por un lado, tenemos a Jaime y Bronn, junto a los Lannister y los Tarly; por otro lado, una emboscada de los dothraki y el dragón de Daenerys en una escena espectacular, llena de tensión y armas secretas. Y uno, fiel partidario siempre de los dragones, teme por el destino de uno de ellos, aunque Bronn sea uno de mis personajes favoritos y es que en la serie nunca hay blanco ni negro, y, en mi caso, me dejo llevar más por lo visceral que otros fans que se preguntan si Poniente, de pronto, no es más pequeño (las distancias se han acortado mucho, parece) o conveniente para la conclusión de la serie. En definitiva, un cierre espectacular e impresionante.
The Spoils of War termina con un cliffhanger para que sigamos la serie (como si no los tuvieran que pedir) y nos hace sufrir durante otra semana hasta ver la conclusión de este capítulo que nos promete que esta temporada tendrá muchos grandes momentos en los tres capítulos que nos quedan.
He echado de menos a Cersei en este episodio y un poco la subtrama de Sam y Jorah, pero no hay duda de que los recuperaremos, sobre todo a la reina de los Siete Reinos, capaz de destruir Poniente si hace falta, al igual que los Caminantes Blancos, que, seguramente, tendrán un papel fundamental para lo que queda de temporada.