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Las decisiones de Sansa supondrán un antes y un después para Juego de Tronos. Fuente. |
"Que los monstruos se maten entre ellos"- Cersei.
«Es lo que tenía que pasar». Eso es lo que me ha dicho Els al terminar de ver el último capítulo de la séptima temporada de Juego de Tronos y opino que resume bien muchas de mis impresiones sobre The Dragon and the Wolf. A partir de aquí, la entrada es oscura y alberga spoilers. Cuidado.
Alguien me dijo una vez que Juego de Tronos era una telenovela y que si cambiábamos los reinos por haciendas, las casas por familias con nombres un poco rimbombantes (los Salazar o los Escobar Elizondo, yo que sé) y transformábamos todo el paisaje de fantasía por uno más "real", teníamos las típicas telenovelas de afrentas, venganzas, tramas retorcidas, etc. También leí una vez que toda historia que se alarga se acaba volviendo una novela: debes tirar de secundarios, crear diversos conflictos, etc. Sea como sea, si algo tienen las telenovelas es que enganchan y Juego de Tronos lo ha hecho (¿tengo, acaso, que decirlo?). Es un fenómeno mundial con muchos aspectos buenos, incluso cuando cae en subtramas dignas del emparejamiento que hacen los fans más que otra cosa.
The Dragon and the Wolf empieza con intensidad, como esperábamos. Es la resolución de algunas tramas y la confrontación de diversos personajes que hemos visto crecer a lo largo de la serie. Siempre se quedará corto, incluso cuando es un capítulo de más de una hora, pero es el cierre de esta temporada y lo hace por todo lo alto, casi tanto como el vuelo de un dragón...
Fuego y hielo
La utilización de los silencios en toda la primera mitad del capítulo ha sido tan grande y tan especial como el uso de la música de Ramin Djawadi en los instantes precisos, que sí, no nos ha dejado un The Light of the Seven esta temporada, pero sí ha mezclado algunos temas y leitmotivs que dan fuerza a las imágenes, incluso cuando el guion u otro aspecto formal llega a flaquear.
A todo esto, pienso que los Lannister devoran interpretativamente sus escenas, como buenos leones que están hechos. Peter Dinklage como Tyrion, Nikolaj Coster-Waldau como Jaime y Lena Headey como Cersei son los mejores hasta cuando sus personajes son esclavizados por el guion. Cada uno juega perfectamente sus bazas y nos recuerdan a los mejores tiempos, cuando George R. R. Martin seguía ahí con sus libros. La escena de Tyrion y Cersei está bien llevada, gratamente, aunque, como ya había comentado en su momento, nadie debería fiarse de Cersei.
En todo ese segmento, es genial recuperar al Perro (pese a que fuerzan su escena con la Montaña), a Brienne de Tarth, a Bronn de Aguasnegras, Podrick y todos esos secundarios que nos han acompañado durante el viaje, y eso pese a que solo digan un par de frases o pululen en un segundo plano como Gusano Gris, los dothraki, Jorah, Varys o Davos. No soy un gran defensor del plan de Tyrion con el caminante blanco ni de las decisiones de Jon o Daenerys, el hielo y el fuego, pero todo esto se salva por estos secundarios o no tan protagonistas, al fin y al cabo.
Desconozco el motivo por el que el «honorable» Jon se comporta de un modo tan correcto en el inicio del capítulo para luego contradecirse dejando solo a Theon, que es un personaje que ha cometido muchos errores, mas no creo que sea el mayor adversario o el tipo más terrible al que ha hecho frente Jon durante este tiempo. No obstante, Theon tiene que crecer y lo hace en la pelea de la playa, contra sus hombres, confirmando que, pese a algún exceso de los creadores y alguna idea un poco más frágil, puede que su trama se cumpla del modo previsible en la siguiente temporada (no obstante, ya una vez vimos cómo Theon convencía a sus hombres para, al segundo siguiente, ver cómo le traicionaban... Así que hay que esperar). Deberemos aguardar para ver cómo el Greyjoy Stark se enfrenta a su tío Euron, recupera a Yara y qué sucederá con el ejército financiado por el Banco de Hierro para Cersei. Seguramente, Theon y Yara sean decisivos en toda esta subtrama.
Un rasgo más positivo: la subtrama de Winterfell (Invernalia) ha culminado tal y como esperábamos desde que vimos los movimientos de Bran y la entrega del puñal. La escena está bien, pero me ha resultado hasta cierto punto previsible (no por ello dejamos de querer que suceda, ¿no?). Me complace confirmar que Sansa, Bran y Arya han crecido a lo largo de estos años y han sabido lo que supone ser un Stark (y más cuando el futuro es tan oscuro). Esta temporada Meñique ha quedado en un segundo plano por mucho que haya intentado jugar con las diversas piezas del tablero (como siempre). Creo que, en algunas ocasiones, los creadores de la serie no han sabido utilizar a Meñique o no del mismo modo que Martin y de ahí cómo Baelish se ha quedado al margen y da la impresión de no haber previsto lo que se ha convertido cada vez en más evidente (¿al menos para el espectador?). Y sí, tenemos un golpe de justicia en la serie y nos hemos vuelto tan crueles que llega a resultarnos hasta demasiado bonito para un personaje que inició el juego de tronos y que nos hizo pensar que siempre sabría cómo escapar de una situación u otra. Debo confesar que, hace unos años, imaginaba que una buena escena de cierre de la serie sería un reencuentro de Varys y Meñique charlando sobre cómo se han cumplido sus planes después de las guerras y demás, pero ahora parece que se ha optado por la opción evidente, por el tenía que pasar.
Otro punto positivo: me he creído la escena de la llegada del invierno por fin. Durante la primera parte del episodio estaba discutiendo conmigo mismo sobre cómo parecía que el frío y la oscuridad no habían llegado a Desembarco del Rey y luego he confirmado mi error con una secuencia que logra, gracias a la carencia de diálogos al principio, todo su virtuosismo. Jaime toma una decisión coherente y puedo afirmar que este personaje, que al principio era uno de los que más odiaba de Juego de Tronos, se ha terminado convirtiendo en uno de mis preferidos de la serie y su arco de evolución ha sido fantástico. Se aproxima a la idea de que su traición podría confirmarse en la última temporada: siempre he pensado que Jaime y Cersei han estado juntos desde el principio y sería un buen cierre que cayesen juntos, aunque fuera uno matando al otro. No sé hasta qué punto creerme todo el tema del bebé, como ya he comentado (es una buena estrategia, ¿no?), pero sí debo decir que he temido muchísimo por el bueno de Jaime en esa escena entre Cersei y la Montaña. Muchísimo. Por suerte, la crueldad es el campo de George R. R. Martin y no tanto de los guionistas y creadores de la serie.
A continuación… Tengo un problema con el montaje de la escena de la revelación de Bran, el Cuervo de los Tres Ojos, a Samwell Tarly; con todo el tema de Rhaegar, Lyanna y Aegon. La escena hubiera sido mucho mejor si hubiese prescindido del encuentro entre Jon y Daenerys, que, como queda más que confirmado (por si había algún despistado), son sobrino y tía. El flashback (puede que sea innecesario para algunos) me parecía mejor resolución (¿y han utilizado al mismo actor de Viserys para Rhaegar? Sí, debo ser de los pocos a los Viserys le caía bien).
En su día, medio en broma, prohibí en este blog el shippeo entre Daenerys y Jon y, mientras veía el capítulo, sentí hasta cierto punto pena de que los guionistas de Juego de Tronos no recibiesen la misma prohibición desde George R. R. Martin. Sí, los Targaryen siempre se han caracterizado por la boda entre familiares y ahí tenemos el ejemplo de Cersei y Jaime Lannister en la serie, pero también me da la impresión de que los guionistas se pasan demasiado tiempo en Tumblr.
No me ha complacido el tema de Dany y Jon. Opino que ha rozado un poco esa idea de vamos a cumplir con algunos fans y retorceremos un poco más la trama hasta conducirnos a un cierre que no creo que aporte demasiado, aparte de tener al pobre Tyrion en la friendzone que ya ha habitado desde tiempos inmemoriales el pobre Jorah (tanto curarlo para luego no saber qué hacer con el personaje). ¿Alguien se ha acordado aquí de lo que mencioné sobre las telenovelas?
Y después de este segmento de fanservice, tenemos el cierre de temporada que hubiera sido grandioso si muchos no lo imaginásemos desde hace un tiempo e incluso nos diesen cierta pista la temporada pasada. Ya está, la caída del Muro gracias al nuevo dragón con el que cuentan las hordas de muertos. Pobre Tormund, ya veremos Dondarrion… e imagino que, en el Castillo Negro, el fantasma de Mormont (Fantasma el huargo está descansando) debe estar revolviéndose en su tumba, pero, bueno, ya se había dicho constantemente de la poca protección del Muro y ahora lo hemos visto en nuestras pantallas. Queda la duda de si los Caminantes pueden ver también el futuro, porque se han pasado años y años esperando tirar el Muro y puede que eso justificase su avance contra el dragón y su utilización a posteriori. Les ha caído como regalado del cielo, si se me permite el chascarrillo. De lo contrario, hubieran sido miles de años esperando esa resolución (sin más) o aprender a hacer barcos para poder sondear el Muro. Sin embargo, alejándome del pesimismo, ha sido una escena espectacular.
Y ya está, el desenlace es espectacular, la fotografía estupenda y los efectos especiales han cumplido en The dragon and the wolf. Otra cuestión es si la serie continúa cumpliendo con el espectador habitual y si la espera por la última temporada se verá aminorada con los libros que George R. R. Martin ha prometido y todavía no ha publicado.
Será lo que tenga que ser y pasará lo que tenga que pasar.
Será lo que tenga que ser y pasará lo que tenga que pasar.