Una femme fatale.
Un monstruo de laboratorio.
El enfrentamiento definitivo.
El detective Sherlock Holmes y el
doctor John Watson han vuelto para enfrentarse a tres amenazas que podrían
cambiarlo todo...
Pero los tiempos han cambiado.
Críticas de series:
Directores: Paul McGuigan, Euros Lyn, Toby Haynes.
Guionistas: Steven Moffat, Mark Gattis y Steve Thompson.
Creada por: Steven Moffat y Mark Gattis,
basándose en la obra de Sir Arthur Conan Doyle.
Actores: Benedict Cumberbatch, Martin
Freeman, Mark Gattis, Lara Pulver, Andrew Scott [Consultar resto del reparto]
Nacionalidad: Reino Unido.
Número de episodios: 3.
Música: David Arnold y Michael Price.
Género: Suspense, policíaco.
“Todas las vidas terminan.
Todos los corazones se rompen”
MYCROFT.
Sherlock Holmes sigue siendo un héroe. Quizás, un antihéroe.
Sus capacidades de deducción, lo fascinante de sus casos, sus maneras de
comportarse… No es de extrañar que su esencia esté en personajes tan
fascinantes como Batman e incluso quizás, un poco, en el Doctor de Doctor Who.
Y hablando de Doctor Who, fue el guionista Steven Moffat quien decidió
junto a Mark Gatiss (actor y guionista de algún capítulo de la serie
del Señor del Tiempo) adaptar a Sherlock Holmes al Siglo XXI. La
premisa podía parecer algo bizarra, pero repito: son Steven Moffat y Mark
Gatiss, tienen talento (muchísimo) y han conseguido demostrar que el personaje creado por
Sir Arthur Conan Doyle sigue vivo en estos tiempos, superando a la última y fiel (en
contexto) versión cinéfila de “Sherlock Holmes” de Guy Ritchie.
Buscando superar la excelente primera temporada, se repetía la
estructura en la segunda: tres capítulos de una hora, pero hasta ahí. A
partir de aquí, descubrimos cosas nuevas y estamos ante nuevos personajes que
lo van a poner bastante complicado a Sherlock y Watson. Todo ello en base al trabajo cultivado por Arthur Conan Doyle en varias novelas y relatos.
El reparto sigue siendo una de las principales bazas. Si
Benedict Cumberbatch y Martin Freeman cumplían como Sherlock y Watson en la
primera temporada, en la segunda ambos consiguen una mayor dinámica: ya
se concocen y saben en qué terreno están jugando. Añadir que Cumberbatch comenzará, con su
Sherlock, un viaje hacia una mayor humanidad. Otro actor que suma más tiempo y desarrollo a la interpretación del propio guionista Mark Gatiss, que interpreta al hermano de Sherlock: Mycroft, frío y calculador.
Pero la temporada tiene dos nombres propios más allá de nuestros protagonistas: Moriarty e Irene
Adler. En el papel de Jim Moriarty, nos encontramos con un
genial Andrew Scott. Si parece que sólo es histriónico, es porque la gente no se
fija que es una auténtica mente psicópata, un Napoleón del Crimen como debe ser. Si el Joker de Batman tenía de Moriarty algunas dosis, en la serie de 2012 vuelve un poco
al personaje del tebeo.
Y la comparación no es injuta, porque se repite en una
Irene Adler sublime, con muchas dosis de Catwoman. ¿Quién, después de verla en
el primer episodio de la segunda temporada, no querría verla más veces en la
serie? Moffat demuestra todo su talento a la hora de traer a Adler, la Mujer,
al Siglo XXI. La única dama que dejó en jaque a Sherlock y por la que él
siempre guardó un gran respeto.
Tal vez, el mayor defecto, salvando algún hueco en la trama, se encuentra en el doblaje español, pero nada que unos buenos subtítulos pueden arreglar. Debe ser complicado encontrar un vozarrón que encaje con alguien tan joven como Sherlock, pero la de Iván Muelas no acaba de quedar bien, aunque es loable el intento de copiar los gallos y diferentes tonos que tiene el actor Andrew Scott (Moriarty).
La crítica breve por capítulos sería la siguiente:
-“Escándalo en Belgravia”: Un
episodio magistral. Con dosis de La chica en la chimenea de Doctor Who (la
triste historia de amor que nunca podrá cumplirse y la mujer que deja en jaque
al héroe), nos encontramos con escenas brillantes.
Moffat adapta el relato corto “Escándalo en Bohemia”, una historia que caló bastante porque presentaba a una mujer que podía hacer sobra a
Sherlock Holmes y su intelecto. Todo eso en una época bastante machista, de ahí que Conan Doyle resulte tan "moderno", a veces, para los canones de su tiempo.
No sabemos qué comió Moffat para escribir este episodio,
pero me gustaría saberlo: escenas estupendas, momentos geniales, instantes
cómicos (los guiños con la gorra de cazador incluida), situaciones que hacen
que nos escapen una lagrimilla… Y ante todo, ella, la Mujer, Irene Adler
descubriéndose como una ladrona con más corazón del que podríamos esperar.
Un episodio vibrante, lleno de acción, con ciertas dosis de
sensualidad, Moffat nos moderniza a Irene Adler o, quizás, sólo la traslada a
nuestra época y decide que Sherlock se enfrente a su peor amenaza: la idea de
una mujer.
Quizás el final (tras el fundido en negro- ¡cómo te
gusta engañar, Moffat!-), puede ser algo discutible, pero nos permite confirmar
los juegos de Moffat y dejar la puerta abierta para que volvamos a disfrutar de
esta trama. Esperemos que sea con la misma maestría que en este episodio.
-“Los sabuesos de Baskerville”: Mark
Gattis se encarga del segundo episodio. En la primera temporada, los seguidores
de la serie estábamos de acuerdo en que el segundo capítulo aportaba más bien
poco y decepcionaba al espectador tras un gran arranque.
Gattis, quien se encargó del tercero de la primera
temporada, decidió solucionar esto. Y aunque no hizo una obra maestra, sí
realizó un excelente capítulo donde Sherlock se enfrenta a algo que puede
superar la lógica: un monstruo de pesadilla.
Adaptando uno de los relatos más “fantásticos” de Sherlock, nos
hallamos con un duelo entre el miedo y la razón que consigue enganchar y hacer
que nos preguntamos todo el rato: ¿hay realmente un monstruo? ¿Cómo Gattis
piensa solucionar todo esto?
Con varios momentos de tensión, la solución acierta y
hace que nos replanteemos cuánto sabe Sherlock más que todos nosotros de las
situaciones que acontecen.
-“La solución final?”: El enfrentamiento, la batalla de dos titanes, la gran batalla. El
adalid de la razón y el orden, Sherlock
Holmes, se enfrenta a Moriarty, el líder del crimen y el caos.
Si Steve Thompson, el guionista de “El banquero
ciego” (el flojo capítulo de la primera temporada que ya comenté), decidió
quitarse la espinita de que su episodio fuese aborrecido por muchos
espectadores, es algo que sólo él sabe y nosotros los espectadores imaginamos.
Una trama frenética, con varias escenas insuperables
(ese Moriarty, al más puro estilo Jóker, robando las joyas de la corona bajo el
sonido de una partitura de música clásica) y momentos donde héroe y villano
quedan desdibujados (¿es Sherlock un farsante?)… Pero lo mejor es el final: el
duelo entre Moriarty y Sherlock encima de un tejado (haciendo referencia a las célebres cataratas, a las que se hace un buen guiño al principio del episodio).
¿Quizás queman demasiado rápido todo lo bueno que se
ofrece en este episodio? Puede ser. ¿Tal vez muy forzado? Un poco. ¿Quizás
recuerda demasiado a “El caballero oscuro” de Nolan? Puede, pero mejor
arreglado y con huecos menos grandes.
Los creadores consiguen emocionarnos y hacernos dudar.
Aún así nos hacen preguntar: ¿cómo arreglarán
esto para la tercera temporada? Hay varias teorías por ahí,
desde los Irregulares de Baker Street hasta falsas muertes por ambas partes. ¡Habremos de esperar!
En
definitiva, la segunda temporada de “Sherlock” es todo lo
que debería ser una gran serie, pero ¿para qué seguir escribiendo? ¡Id a verla
si no la habéis visto y si sí, aprovechad este post para comentar qué os
pareció esta segunda temporada!
“SHERLOCK: La soledad es lo único que
tengo y lo que me protege
WATSON: ¡Los amigos son los que protegen!”