EL RETO DEL JUNTALETRAS: ¿Cómo crear un buen protagonista? Algunos consejos

¿Cómo crear un buen protagonista como Walter White de Breaking Bad? Fuente.
La semana pasada hablé bastante sobre la creación de los personajes, pero es un tema que posee muchos enfoque y da para múltiples entradas (no, no es una amenaza de que a partir de ahora solo escribiré de esto). De por sí, los personajes son un material para un par de libros (no os miento, hay gente que vive de eso). Pero dejando de divagar, en esta entrada, quería centrarme en vuestro personaje principal y en un par de claves para crear lo que yo considero un buen protagonista (seguro que no lo habíais descubierto por el título del post).
Ese oráculo entre fake, discusión y aporte interesante que es Wikipedia define al protagonista como:
Personaje principal de un drama o historia. También es el que actúa en las mayores acciones de una historia. Sin el personaje principal la historia no sería interesante [...].
No es la mejor respuesta del mundo, pero en un examen de Literatura, podría sacaros de un apuro a la vez que os podéis marcar un: "yo me leo la Wikipedia, yo soy una persona culta". Ya me entendéis (y si no me entendéis, dejadme libre...).

Advertencia para navegantes sobre lo que viene a continuación: no creo que deba decir que esto es lo que me funciona a mí (pero lo es) y que a vosotros os puede servir otra cosa o no compartís mi opinión (lo que sucederá). Diferenciarnos, eso es lo divertido y espero que lo compartáis en los comentarios. Así que aquí empiezan algunos de mis apuntes:

Watson y Sherlock, dos buenos personajes que han fascinado a los lectores desde su creación. Fuente.

Debe tener cierta humanidad y la personalidad


Todos los personajes de nuestra obra deberían tener cierta personalidad (tampoco me juzguéis por ello). No podemos creernos que un héroe de quince años tenga la personalidad de una piedra (no me hagáis hablar), es decir, que sea un tipo que solo hace siempre lo que pide la historia, que no tiene sentimientos. No se enfada, no se equivoca, no suelta una broma… 

Me encanta el carisma de los personajes en la literatura, véase el personaje de Skulduggery Pleasant, y aunque muchos opinan que esto no debe ser un gran punto, a mí es lo que me vende a los personajes, ya sea en la Trilogía del Dólar de Sergio Leone o el Doctor de Doctor Who

Tanto si hacéis solo una obra, como si hacéis una saga, trilogía o lo que sea, es importante desarrollar una personalidad además de una descripción física, darles un nombre acorde…

Los personajes también deben tener cierta humanidad. Incluso el Doctor Manhattan alberga cierta humanidad, aunque como en el caso anterior, podemos elegir que el personaje no muestre esa humanidad siempre, lo que nos sorprendería.

Un apunte: creo que los rasgos físicos y de carácter son muy importantes. Un modo de caracterizar un personaje es incluirle algún tic. Por ejemplo, Barty Crouch Jr. Y su lengua.

Barty Crouch está de acuerdo con este post. Fuente.

Empatizar con el lector


Sea bueno o malo (aunque esto es demasiado simple), el protagonista debe transmitir algo al lector. Me temo que, muchas veces, los personajes odiosos de las novelas surgen cuando no dicen nada al lector, nada con lo que este pueda sentirse identificado o pueda llegar a entender.

No hablo de que sean grandes personas, pero sí que incluso siendo un villano, atraiga al espectador. Por ejemplo, Kylo Ren de Star Wars o Joffrey de Juego de Tronos no dejan de ser tipos odiosos, pero ¿los soportaríamos como protagonistas?

Es importante que el lector, aunque tenga enigmas en torno a los personajes, pueda llegar a comprendernos o a sentirse atraído por el personaje. Todos podemos entender por qué Frodo va hasta el Monte del Destino.

Un gran punto de la novela o la historia que queramos contar es que el lector llegue a sentirse identificado con el personaje, por muy diferente que seamos a ese ser surgido de las palabras. Todos entendemos al personaje de Walt cuando empieza en Breaking Bad e incluso cuando acaba, en un camino donde toma muchas decisiones de dudosa y terrible moralidad. También entendemos a un Eterno como Morfeo de The Sandman que, pese a su actitud seria, sabia y vengativa, aprende lo importante que es el cambio y eso es algo que todos entendemos. Sea como sea, las buenas historias nos permiten vivir más vidas que la única que tenemos.

Un personaje que funciona, Morfeo. Fuente.

No puede llegar indemne


Ante todo, los personajes deben ser complejos (alguien dirá ahora que no, yo le aplaudiré y seguiré con mi rollo, lo siento). Si es una obra larga, pueden cambiar de bando, colaborar con sus enemigos, enfrentarse a sus miedos, tomar decisiones equivocadas…

O no debería (aunque siempre dependa de lo que queréis colgar). Creo que los personajes deben dañarse, sufrir, cambiar… Eso es lo que nos pasa a los seres humanos, ¿por qué no debería pasarles a nuestros personajes? La perfección puede llegar a ser odiosa. No podemos tener piedad. ¿Recordáis a George R.R. Martin con Eddard Stark y compañía? Hace que lo adoremos, que lo convirtamos en nuestro protagonista idealizado para luego hacer lo que hace.

Que conste que no hablo solo de daño físico o la muerte (que también), sino que hablo de que se enfrente también a problemas morales, a decisiones arduas, que no se le reste realismo o credibilidad en ningún punto. A veces, es duro y te puede destrozar lo planeado, pero creo que es lo que hace que una novela funcione realmente: enfrentar a tus personajes contra aquello que no esperan y que no es sencillo. Otro buen ejemplo sería Yarvi de Medio Rey de Joe Abercrombie, un personaje que debe aprender mucho a lo largo de las páginas.

Como en todo, la literatura y la creación es libre y eso no quita la gracia a tener personajes más simples en ciertas obras.

¿Expertos en sufrir? Como toda la Casa Stark... Fuente.

Que no sea un esclavo del escritor


Este es un punto discutible para muchos autores que consideran que sus personajes deben seguir los esquemas que han trazado de antemano. No soy uno de esos autores. Temo que jamás lo seré. Me enjuagaré las lágrimas ahora y continuaré este texto...

Mi gran objetivo es que mis personajes estén vivos, tomen decisiones y me sorprendan, porque si consiguen eso conmigo (que soy el que los escribe y crea), imaginad con el lector. Opino que si les obligo a hacer cosas (si no justifico aunque sea un poco), acabo obteniendo personajes mediocres y rectilíneos, artificiales al cien por cien, que son solo esclavos de la trama.

¿Cómo se consigue esto? El personaje, aparte de tener cierta credibilidad, debe tener motivaciones, meta, debe emprender el viaje por algo. Pensad en Bilbo Bolsón. Él no empieza el viaje a la Montaña Solitaria por el oro del dragón o porque no tenga otra cosa que hacer, lo emprende porque siente la llamada de la aventura y quiere hacer algo en su vida y eso le pondrá en serios problemas. Pensad también en Roland Deschain: su motivación es llegar a la Torre Oscura y eso le pone en una serie de bretes, pero su motivación está ahí. De no tenerla, el personaje me temo que solo es un esclavo.

Roland Deschain, un gran personaje de Stephen King. Fuente.

Huye de Poochie, Mary Sue y Gary Stu



Hace un tiempo os hablé de que es una Mary Sue o un Gary Stu, sin dejar de lado otro nombre que me encanta Poochie (el personaje “superventas” de Los Simpson). A menudo, el escritor quiere crear personajes perfectos y se convierte en ellos en su obra, haciendo cosas completamente ilógicas y dando facilidades incoherentes entre otras cosas. Añadid las dosis de mercadotecnia para vender a un personaje a todo el mundo. 

Personalmente, opino que es hora de huir del don perfecto, aunque en algunas historias reconozco que no se note que lo son. El problema es cuando se nota… Y demasiado. Tampoco me hagáis mucho caso, que solo soy un juntaletras dando opiniones.

Cuidado con Poochie. Fuente.

Aprende de los mejores


Un consejo, como todo en la literatura, es que analicemos y estudiemos a los personajes que nos gusta. Haced una lista de esos personajes de la ficción que os vuelven locos (Harry Potter, Rorschach, Spider-Man, Frodo…) y sopesad por qué funcionan, por qué os gustan… Es una clave para luego transmitirlo en vuestros propios personajes. De ahí la importancia de leer libros, cómics, ver películas… Son influencias que nos suelen hacer mejores.

Sin embargo, también recomiendo que estudiéis los personajes que no os gustan, aquellos que detestáis, y descubrir por qué no os gustan: son perfectos, son idiotas, no se deciden, son incoherentes…

El Doctor, un buen ejemplo de personaje. Fuente.

¿Y vosotros? ¿Qué pensáis? ¿Algún apunte más sobre la creación del protagonista que queréis comentar?

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