"La tensión dramática es la auténtica maldición de la novela, porque lo transforma todo, hasta las páginas más hermosas, hasta las escenas y comentarios más sorprendentes, en simples pasos hacia la resolución final, donde se encuentra el sentido de todo lo anterior. Una novela no debería ser como una carrera de bicis, sino un banquete de muchos platos".
MILAN KUNDERA.
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El escritor Milan Kundera. Fuente. |
Hace poco estaba releyendo el último tomo de mi edición de The Sandman, cuando me encontré en el apéndice con una cita que me pareció liberadora y es la que aparece en esta entrada, pronunciada por el escritor Milan Kundera.
Me he pasado demasiado tiempo en los últimos meses buscando la mejor historia como si fuera una carrera a contrarreloj cuando, realmente, sé que tengo que poner el freno y disfrutar. He leído y me han metido ideas en la cabeza como que la estructura y el final son lo importante, que tal cosa y tal otra mide tanto y hay que cumplir como si se tratase de matemáticas...
Odio que, a veces, yo mismo me haya encorsetado, que haya entendido la literatura como el cine (cada página es un minuto de cine), que me haya preocupado en demasía por el número de páginas de un capítulo, en vez de centrarme en disfrutar de cada momento sin tener que estar pensando que todos son piezas para llegar al final.
Esto no es así. No tenemos que escribir con prisas, como si quisiéramos vomitar todo de golpe. No. Hay que amar cada momento de tu historia como si fuera independiente. Eso he visto que lo hacen en series que me gustan al estilo Breaking Bad, Juego de Tronos, Daredevil... Los personajes se detienen, hablan, reflexionan... Nos muestran sus mundos, no se limitan a ir de A a Z y punto.
Me temo que el hecho de convertir la literatura en algo de leer (si acaso) y tirar nos está condenado a novelas que no son más que meros borradores de futuros guiones de película, cuando deberían ser un placer completo. Y creo que Milan lo confirma en esta frase y le doy las gracias, porque él no habla de divagar, hablar de disfrutar de los inmensos placeres de la literatura sin preocuparnos en la artificiosa estructura de "esto debe llevar a este final" o en la comercialidad.
Así que... Voy a poner el freno, voy a disfrutar de cada parte de mi historia y todos vosotros estáis invitados no a una carrera de bicis, sino a un festín que será mi saga de M is for Magic. Os lo prometo.