Roto y muerto

Apestaba como si hubiese un animal muerto debajo de nuestra cama de matrimonio. Al principio era un toque dulzón, cálido, penetrante, que luego se transformó en un hedor repulsivo, capaz de hilvanar las arcadas, nauseabundo.

Me agaché para sacar aquel despojo, pensando en que tal vez los niños o el perro hubiesen vuelto a traer un animal muerto a la casa.

Mis manos entraron en la oscuridad y tocaron algo húmedo, como un pañuelo de lágrimas. Lo solté, con grima, y acerqué mis dedos a mi nariz para saber si era aquello lo que buscaba. 

Lo era. 

El aroma a muerte era inconfundible y vi que tenía esa mano sucia, de algo oscuro, un líquido.
Volví a meter la mano y lo cogí, no pesaba, pero daba bastante asco y lo saqué.

Era del tamaño de un puño, pero más blando, como un melocotón podrido. Me recordó al color de la carne putrefacta que mi abuela coleccionaba en su cocina.

Le clavé un dedo y expulsó un cóctel de sangre y pus.

Cuando lo escudriñé más de cerca, vi que... ¡Se movió! ¡Latió! 

¡Era un corazón!

A mi mujer se le debía haber caído mientras dormía, pero no le importó demasiado. 

Tampoco creo que ella llegase a entenderlo. 

Qué triste, pero qué esperado...

Cogí una bolsa de basura, lo metí y lo llevé hasta el contenedor.

Cuando volví a casa, mi mujer salía y al ver mi rostro lánguido me preguntó si me ocurría algo. Me encogí de hombros y respondí:

—Me siento vacío, como si me faltase algo, pero no recuerdo el qué.

Ella no me respondió y siguió adelante. En sus manos llevaba otra bolsa de basura. Vi que algo se agitaba en ella, como si se moviese, y canturreó:

—Todos estamos vacíos,
cuando no nos queda nada.
Todos estamos vacíos,
cuando perdemos a una amada.
Todos estamos vacíos,
cuando nuestra alma está equivocada.

Y sonreí antes de ahogarme en la niebla.

No me veo capaz de explicar mucho de este microrrelato, "Roto y muerto" (como curiosidad, son dos palabras que salen de mi cabeza cuando pienso en cómo hablar sobre un corazón sin llamarlo por su nombre). 
Digamos que, a veces, se te presentan historias que no sabes bien de dónde salen, pero sabes el lugar que les corresponde: el papel. 
Espero que os haya gustado.

¿Quieres reseñar la Saga Devon Crawford?

¿Quieres reseñar la Saga Devon Crawford?
Envía un correo a sagadevoncrawford@gmail.com y nos pondremos en contacto contigo

Mis críticas

Mis críticas
Pincha para leer y comentar mis críticas de libros, cómics, películas y series

Seguidores

Mis críticas

Mis críticas
Pincha para leer y comentar mis críticas de libros, cómics, películas y series

Sobre el blog

Los textos pertenecen a Carlos J. Eguren salvo cita expresa de los autores (frases de libros, comentarios de artistas...), siempre identificados en el post. El diseño de la imagen de portada pertenece a Elsbeth Silsby.

Si deseas compartir un texto, ponte en contacto con nosotros para hablarlo. Si quieres citar un fragmento, incluye la autoría.

Muchas gracias.

Carlos J. Eguren. Con la tecnología de Blogger.