Esconderse

Imagen de dominio público.

Papá y mamá llegaron a casa poco después de la medianoche. Esperaron ver a Kitty, la canguro adolescente que si levantaba los brazos hacía pesas con su millar de pulseras. Pero ¿por qué no abría la puerta? Ya estaba abierta. 
Los padres entraron y encontraron un largo charco de sangre que iba hasta la cuna de su niño. 
El matrimonio suspiró.
—Otra vez —dijo el marido, cansado.
—Sí, otra vez. Te dije que no debíamos fiarnos de esa quinceañera —se quejó la esposa.
Los dos se detuvieron ante el lecho. 
Algo retozaba en su interior, jugueteando, girando sin parar, mordisqueando la manta y agitándose feliz hasta que llegaron los padres. La criatura cesó sus movimientos e intentó esconderse debajo de la almohada. 
—Le dijimos a la canguro que no dejase salir a Peque, ¿no? —preguntó la madre, confundida.
—Y menos esta noche… Esa Kitty nunca nos hacía caso.
El cachorro de lobo se ahogó y vomitó una pulsera ensangrentada.
—Ahora, por su culpa, tenemos que ir al médico para que no le dé una indigestión a Peque —susurró la madre, estirándose y bostezando—. Y yo que pensaba que íbamos a tener un aniversario tranquilo… Qué ilusa.
—Míralo por el lado bueno, cariño: hemos pasado la noche juntos y al menos Peque no se comerá a las mascotas de los vecinos durante unos días. Y se entretendrá, seguro que ha enterrado los huesos en el jardín y se pondrá a buscarlos.
—Añade que no nos costará demasiado encontrar a una canguro mejor. Otra vez, me refiero.
Mientras los padres se lo llevaban al médico o veterinario (aún no lo habían decidido), el lobito dejó de esconderse y aulló a la luna llena.

¡Dos microrrelatos! ¡En la misma semana! ¡Y dos días consecutivos! Creed dos cosas:
  1. Esto es un indicio del apocalipsis (ahora lloverán los sapos tricéfalos, lo sé). 
  2. Estoy que no me conozco ni a mí mismo.

¿Qué decir de Esconderse? Pues que el primer título Canguro de la luna se clasificó en la Convención de Títulos Spoileantes Inventada en uno de los primeros puestos (por lo que he ganado un vale de descuento en cosas imaginarias) y tuve que cambiarlo. Elegí el título de Esconderse porque creo que da un trasfondo a toda esta familia y a los actos del pequeño lobo (y estaba escuchando una canción que se llamaba así, coff, coff).
Por otra parte, me lo he pasado muy bien escribiéndolo (me gusta la idea de cómo mezclar algo siniestro con algo más inocente y si puedo incluir un monstruo, mejor que mejor y en la lista de los peores están las canguros adolescentes que hacen pesas con sus pulseras... Y rima), pero no sé qué me ha influido de forma clara (no voy a repartir las culpas por una vez).
Y, hurm, no voy a explicar cómo unos padres adoptaron a un niño lobo. Hoy no.
Espero que os haya gustado. ¡Feliz luna!

P.D.: He escrito dos microrrelatos más, pero me los guardo para ponerme de pesado con ellos otro día. Lo siento por la amenaza.
P.D.2: La tormenta de sapos tricéfalos cesará a la hora veinticinco del día treinta y dos.

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