He terminado… O ¿comenzado de nuevo? ¿Cuándo comienza y cuándo termina el proceso de escribir una novela? ¿Tiene fin? ¿Podrá reencarnarse?... Divago, mejor os cuento cómo fue el día sexto de escritura de la novela.
Antes de empezar la historia tenía pensado un final, llegué hasta a redactar partes de ese desenlace. Bueno, pues siendo sincero, dos cosas:
1) Creo que lo he perdido.
2) Me alegro, porque me daba repelús. Acabar la historia en un baile de fin de curso con ñoñadas… Buff… Me recordaba a... "Crepúsculo" (¡música de horror!)
Por suerte, al escribirlo ahora, manteniendo el tono de la novela (esa mezcla de fantasía urbana con elementos de terror y algo épico, sin olvidar el tono de humor negro) no ha quedado nada de esa sensación “romance paranormal chungo”. Sí, hay despedidas que son también mi despedida del lector, pero sin llantinas tontas ni “conviérteme en vampiro, Edward, anda, por favor, que soy más torpe que un pulpo en un gargaje… A lo que el tipo responde: “Que no, mujé, hasta que nos casemos”. Entenderéis mi felicidad. Menos mal.
Sobre este penúltimo día, he estado ampliando alguna descripción de los eventos finales. Hay una escena que transcurre en un famoso monumento que nunca se supo bien su finalidad y yo se la he dado (realmente, tuve que descubrirla, pero si os lo cuento tendría que mataros. Cosas que pasan). Hablar sobre esa construcción, esa gran obra, me obligó a buscar información de última hora, pero valió la pena (la documentación es un proceso que nunca concluye del todo).
Otra de las cosas que tuve que hacer fue terminar de conectar varios momentos que tenía deshilados, poner transiciones adecuadas y decir adiós con alguna sorpresilla.
Creo que he cumplido.
Finalmente, los datos del maratón son:
· Viernes: 603 páginas. 148.842 palabras (escribí 10 páginas).
- Sábado. 611 páginas. 150.356 palabras (escribí 8 páginas).
- Sábado. 611 páginas. 150.356 palabras (escribí 8 páginas).
He terminado, sí... O quizás relativamente... Creo que aprovecharé este domingo para escribir algo más que se me haya quedado en el tintero y empezar a pensar seriamente en la corrección de la última parte, buscar a las personas cercanas que quieran leer y comentármelo y empezar el proceso de reescritura.
Empezarán también los debates de qué quito, qué pongo, cómo funciona mejor, de qué manera diría esto tal personaje, quiero buscar algunos ilustradores, quiero encontrar un grupo de música que escriba alguna canción para el libro... Quiero, quiero, quiero... En fin, espero conseguirlo.
Hey, nadie dijo que fuera fácil.
Mañana, si me deja mi vida, os haré un balance de esta semana, del reto de Maga de Lioncourt y de cómo ha sido concluir este proyecto.
PD: Acabo de abrir un archivo que se llama “Anotaciones para la segunda parte”. No sabéis cuanto me odio a mí mismo… Y sí, soy el señor que odia que todo deba tener segundas partes. Ay…
