“Recuerden, recuerden, el cinco de noviembre…”
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La sonrisa fría se está grabando en la retina de la Historia.
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El hombre que tejió la historia de una fría sonrisa, sonríe.
El hombre que dibujó la historia de una fría sonrisa, sonríe.
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Una sociedad corrompida por las mentiras de políticos se ha cansado. No van a permitir que las cosas sigan igual, no van a dejar que sigan durmiendo bajo el manto de palabras envenenadas. Eso es lo que pretenden, eso es lo que desean, ¿lo conseguirán? Sólo ellos deciden.
La gente se ha alzado y esperan en plazas pidiendo un mundo mejor. Nadie puede impedírselo. Si alguien lo intenta, serán muchos más. No son uno, son muchos, cansados de estar bajo el peso de la bota de punta de hierro del poder. No son uno exigiendo una simple reclamación, son muchos pidiendo por aquello que desean.
Es hora de decidir si quieren seguir siendo utilizados o quieren que haya un mundo nuevo, uno mejor donde vivir y morir.
No son de izquierda ni de derecha, no creen en los viejos patrones de una política muerta. Buscan un nuevo sistema donde los ricos no sean más ricos ni los pobres más pobres. Buscan algo mejor.
Por todo el mundo, muchísimas personas deciden que se merecen algo más. Suya es la llave para conseguirlo.
De repente, un grupo de personas aparecen en primer plano, la máscara fría de plástico sonríe congelada.
Pocos entienden el gran significado del rostro pálido, de la risa silenciosa grabada, de los ojos oscuros…
Pocos entienden el significado del rostro de la revolución.
¿Conseguirán lo que se proponen los anónimos que se enfrentan a los poderosos?
Ellos deciden.
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¿Puede un cómic transformar el mundo? ¿Pueden las palabras dibujar un futuro distinto? ¿Puede ser fruto de la magia del caos? Viendo lo que está ocurriendo en el mundo, al borde de un momento en que podría cambiar o condenarse para siempre, ¿quién diría lo contrario?
¿Quién duda del poder de la palabra sobre el que se cimienta la fuerza de los magos del caos?
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El hombre que dibujó la historia sonríe. Nunca pensó que la imagen de la máscara de Guy Fawkes que se le ocurrió dibujar pudiera cambiar tantas cosas. Ese dibujante se llama David Lloyd.
El hombre que tejió la historia sonríe. Está en su casa de Northampton, escribiendo y leyendo, ¿y quién sabe por qué orden? Se llama Alan Moore, autoproclamado mago del caos, quienes confían en la palabra como la magia suprema.
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¿Tiene fin esta historia? ¿Tiene fin la Historia? ¿Tiene fin la realidad?
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La sonrisa fría, dibujada y escrita, se está grabando en la retina de la Historia.
