10-12-2010
Cerró los ojos y lo saboreó: suave, dulce, lento, infinito, perfecto: un beso que nunca dio, del que era preso sin haber cometido delito.
Así, el ser sin labios se hundió en los abismos de la Historia hasta desaparecer, prisionero del delirio nunca probado.
Adiós, amigo.