Crítica de Predator: Killer of Killers


Cuando se estrenó Prey, película de la saga Predator, aparecieron varios tuits que proponían ideas para las secuelas. Si Prey era un film donde el Predator se enfrentaba a una nativa americana, ¿qué tal estaría una donde luchase contra un vikingo, un samurai o un soldado de la Segunda Guerra Mundial? Y lejos de quedarse en un chiste, parece que los creadores tras Predator tomaron nota y de ahí ha nacido Predator: Killer of killers, una entretenidísima película de animación que nos cuenta precisamente esta tres historias, unificándolas en el último acto.

Asesino de asesinos

Después de Prey, tocaba seguir actualizando la saga y volvemos a contar con Dan Trachtenberg, el director de la anterior, lo que hace que, por fin, tengamos cierta estabilidad en la saga que comenzase a finales de los '80 y que ha vivido no solo del cine, sino también de algunos videojuegos y sobre todo de los cómics que tuvieron que hilvanarse con la saga Alien para seguir adelante (también en el celuloide). 

Trachtenberg realiza un film interesante y demuestra que también puede trabajar en el mundo de la animación, algo que no todos los directores consiguen. No obstante, ha contado con el codirector Joshua Wassung, especializado en animación y efectos especiales.

Pero vayamos a lo interesante: la casquería... cacería.

Vikinga

Con un estilo de animación que a algunos ha recordado a Arcane (pienso que más allá de algún diseño o el estilo del color, poco hay aquí del estudio Fortiche), Killer of Killers comienza con una guerrera vikinga que, junto a su hijo, se propone vengarse del hombre que la obligó a matar a su padre. 

Lo que se inicia como una épica nórdica cambia completamente de género cuando un Predator que ha ido al gimnasio más de la cuenta hace acto de presencia. Y desde ahí se inicia un combate épico bajo el título de Escudo, ya que cada historia se divide en varios episodios por así llamarlos.

La hija secreta de Ragnar.

Ninja

A continuación, tenemos la historia de un samurai (titulada "La Espada") y coprotagonizada su hermano ninja, que buscan enfrentarse tras separarse en la niñez por culpa de su terrible padre. 

Lo que comienza como un asalto al castillo del hermano samurai acaba transformándose otra vez en un duelo contra un predator en un relato de estilo japonés que, aunque sencillo, emociona como el primer relato y ofrece buenísimas escenas de acción.

El predator es el típico turista pesado que podrías ver en Akihabara.

Aviador

Y llegamos a "La bala", la historia de un aviador y mecánico de orígenes mexicanos que forma parte del ejército de Estados Unidos, porque no olvidemos que esta película es estadounidense y ellos se creen los grandes salvadores de la Segunda Guerra Mundial. 

Aquí, en vez de tener un combate cuerpo a cuerpo, tenemos una lucha aérea muy interesante y, además, un predator con parche, que eso siempre le da calidad a la película.

Nuestro prota posee el don de Anakin Skywalker para pilotar naves casi sin formación.

La arena

Y así desembocamos al acto final donde se reúnen los tres personajes para batallar en un coliseo donde un rey de los predators espera saborear a su próxima víctima... Rey predator que, por cierto, algunos fans señalan que lleva una capa hecha con colas de xenomorfos, los bichejos de Aliens, y si hay algo más épico que eso, que baje Terminator de los cielos y lo vea... 

Quien espere alguna motivación por parte de estos más allá de tan solo ser cazadores buscando a su próxima víctima, se sentirá decepcionado. Los que acepten esto les gustarán las nuevas adiciones al lore predator, les apetecerá seguir descubriendo más de él y verá que, por fin, la saga se abre más de lo que habíamos visto al momento (algo que era necesario para no caer en la manía de repetir una y otra vez la misma película).

Esta capa no te la compras en Bershka.

Juzgar una película por lo que es

Por supuesto, no todo es perfecto. Hay algunas soluciones que son cuanto menos discutibles, como ese tropo del chaval que no sabe pilotar una nave y, de pronto, se saca el carné de pilotar con una facilidad asombrosa. Imagino que se pasaría igual el nivel de aviación del GTA San Andreas que hizo que toda una generación tengamos todavía traumas... 

A todo esto, se añaden cuestiones que ya son básicas en la franquicia: los predators fabrican de todo, pero luego siguen viendo solo por ondas de calor. ¿Por qué no se preocupan por eso? Es como irte de cacería sin gafas.

No obstante, hay puntos positivos sobre los que algunos están criticando: por ejemplo, la animación está muy bien y eso que, ya que hablamos de videojuegos, han usado Unreal Engine, el sistema que muchos videojuegos usan para crear mundos hiperrealistas.

Reconozco que puede que parezca que no me he tomado demasiado en serio la película. He leído, en otros lados, a sesudos críticos quejándose del valor histórico de esta. Como si el Predator original fuese cine de arte y ensayo, cuando realmente era una típica película de acción de Arnold Schwarzenegger que, de pronto, pegaba un giro de rumbo cuando aparecía nuestro cazador alien (con rastas) favorito. Del mismo modo que el film de John McTierman, Killer of Killers es una película que no aburre en ningún momento, que está plagada de escenas de acción y que incluye instantes de animación muy conseguidos y apoyados por la banda sonora de Benjamin Wallfisch (autor de la banda sonora de It). 

Predator: Killer of killers, además, termina con la promesa de una secuela. Espero que pronto aparezcan tuits con sugerencias locas sobre quiénes harán presa a nuestros enemigos alienígenas rastudos. Propongo un vaquero, un soldado de la URSS y un miembro de los tercios de Flandes. Total... No será porque la Tierra no cimiente toda su historia en asesinos.

Este predator se hizo la FP de posar como Batman en los rascacielos de Gotham.


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