Tengo mangas de los que sé que tarde o temprano me acabaré deshaciendo. No, no voy a quemarlos, como el cura y el barbero de El Quijote, pero sí que se los daré a algún alumno desprevenido o los donaré a alguna biblioteca, como la de mi instituto. El problema está cuando tenemos a Inio Asano. No solo porque esperaba más de su Héroes, sino porque otra vez el nipón vuelve a demostrar que es uno de los autores más turbios del panorama japonés (que ya es un decir...).
La oscuridad del fantástico
Que Inio Asano es uno de los autores más fascinantes, turbios e incómodos del panorama del manga contemporáneo no es un secreto. Su obra siempre ha cuestionado la hipocresía del Japón actual con una brutal honestidad que incomoda tanto como llama la atención al lector. Con Héroes, Asano decide centrar su afilada mirada hacia el corazón del mito heroico contemporáneo, y, como era de esperar, no deja títere con cabeza. Sin embargo, confieso que esperaba mucho de este manga recién reeditado en nuestro país por Norma, sobre todo después de haber disfrutado de otras de las obras de Asano si es que «disfrutar» es el término oportuno, ya que como nos demostró en Buenas noches, Punpun, Solanin o Reiraku (que una parte de mi ser dice que es una autobiografía del autor), es capaz de mostrar lo que no se suele mostrar tan abiertamente del País del Sol Naciente.
Como decíamos, en Héroes, Asano decide que va a burlarse del género fantástico, de los grupos de rol, de los mangas dedicados a este tipo de personajes, de los videojuegos... y para ello une a un equipo de personajes a cada cual más ridículo. A lo largo de sus páginas, el Señor Oscuro que los maldice resulta no ser tan terrible en comparación a los personajes que acompañan a la protagonista, a cada cual más terrible y odioso. Este contraste entre el niño que soñó con héroes y el adulto desencantado que ya no espera nada, es la esencia que impregna cada una de las páginas de esta breve pero intensa obra.
La fuerza principal de Héroes reside en cómo Asano aborda el tópico del “héroe”. La cultura pop contemporánea, desde Marvel hasta el manga shonen, nos ha vendido una y otra vez que cualquiera puede salvar el mundo. Asano responde con crudeza: sí, cualquiera puede salvar el mundo, pero ¿para qué? El enemigo real no es un monstruo ni una amenaza sobrenatural, sino el aburrimiento, la desesperación, el vacío de sentido. Es decir, nosotros mismos.
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| Festival del humor, según Asano. |
Un manga que podría haber sido más de lo que es
Todos estos aspectos parecen suficiente para que algunos adoren e idolatren la nueva obra de Inio Asano. En mi caso, a falta de una relectura, me quedo más con el apartado visual y el escaso coloreado de sus páginas que con la historia que me está contando, porque, lejos de ser sutil, da unos golpes de brocha gorda que poco aportan en un manga que podría haber ofrecido mucho, pero que mucho más.
Que conste que, aunque soy aficionado al género fantástico, también me gusta ver cómo hay autores que lo deconstruyen continuamente: Alan Moore, Joe Abercrombie, N. K. Jemisin, Lev Grossman... son solo algunos de los autores que me encanta cómo destruyen y reconstruyen estos mitos. No soy un fan que no pueda disfrutar de una crítica. Me he reído con Terry Pratchett (y he pensado), me divierten Los Caballeros de la Mesa Cuadrada de los Monty Python y soy fervoroso seguidor de Cervantes y su Quijote... Pero aquí Asano no consigue acercarse ni a la sombra de estos autores.
Y es que Héroes su brevedad es un hándicap. Para lectores habituados al estilo narrativo más lento y envolvente de Asano, este cómic puede parecer abrupto, como si el autor hubiese esbozado una idea y la hubiese dejado flotando en el aire sin resolverla del todo.
En definitiva, Héroes de Inio Asano es, sin duda, una de mis grandes decepciones lectoras de 2025... y eso que van unas cuantas.
