Crítica de "Death Note" (2017), terrible despropósito

Sí, yo tengo cómics mejor encuadernados que el Death Note de la película. Y es que está... todo mal... MAL. Fuente.

Y tuvo que llegar la fatal hora: Death Note ha sido adaptada por occidente y si alguien esperaba una buena película, puede seguir esperando porque esto es todo lo contrario desgraciadamente. 

Imagine usted que posee un cuaderno en el cual si escribe el nombre de alguien cuyo rostro tenga en mente puede llegar a matarlo tal y como desee. Qué poder, ¿eh? ¿Decidiría usar ese poder en beneficio propio o para purgar el mundo de todos sus males? Es una gran premisa para una historia, ¿no? Tsugumi Ohba y Takeshi Obata pensaron en ello cuando crearon Death Note, pero, como siempre, el artista es fundamental y esto se demuestra en cómo ellos pudieron hacer una gran obra y los "creadores" de su "adaptación" estadounidense realizan una película simplemente olvidable.

Me equivoqué cuando vi las primeras imágenes de la adaptación en formato de película de Death Note para Netflix. Pensé que era horrible, que habían tergiversado toda la historia con esa manía de volverla estadounidense y que se habían comido los mangas para luego vomitarlos y hacer el guion. Lo reconozco. Me equivoqué. Ahora, tras ver la película... sé que ha sido peor que todo eso.


Todo mal

No creo que penséis que soy una persona que tiende a lo hater. No me gusta odiar por odiar. Aquel que suela leerme hablando de cine, series, libros o cómics sabe que casi siempre saco algo bueno de todo, por muchos defectos que tenga. Siempre hay algo que lo hace salvable. En el caso de la película de Death Note no hay nada que la salve excepto el deseo de que nosotros también pudiéramos tener un cuaderno de muerte y poder añadir el nombre de esta abominación fílmica y hacerla desaparecer. En serio.

Con los años, me he percatado de que las adaptaciones me importan poco. Si está calcada, es como ver el cómic, manga o libro en movimiento (para eso, lo coges y lo agitas y ya tienes la película en casa). Me gusta que añadan conceptos, ideas... e incluso haya cambios si son para mejor No considero que todo tenga que estar escrito en piedra... Sin embargo, cuando las adaptaciones tienden a cambiar porque sí y a romper lo que está bien y funciona, o lo que es peor: a tergiversar, ya no hallo motivo de ser para semejante cosa. Y es que Death Note es lo mismo que el V de Vendetta de las Wachowski: puede que te guste si no conoces la obra original, pero si disfrutaste del cómic sabrás que te lo han cambiado todo para transformar el mensaje del que parte en un entretenimiento unineuronal para vender más mercadotecnia y poco más.

Este es L en la versión de Netflix. Sep. Fuente.
Al director Adam Wingard (Blair Witch) se le ven las costuras en cada minuto: quiere hacer terror, cuando la obra es... ¡Suspense! ¡SUS-PEN-SE! No "roba" a Hitchcock, roba a Destino final. Podía entender que utilizase algún susto, una estética oscura, pero no que haya sacrificado el misterio. Ni siquiera la fotografía de David Tattersall puede salvar todo esto. Un gran director (y en este caso, lo dudo) no te puede salvar un mal guion, por mucho que decida añadir música de los ´80 porque sí o ponga cámara lenta para darle a todo "intensidad", una intensidad tan vacía y exasperante que hace que cada minuto sea un poco más eterno en un film terriblemente convencional donde los personajes caen mal con un guion estúpido que obvia todo lo interesante de la premisa.

Solo hay que ver cómo a ese joven frío e inteligente de Light Yagami lo han pasado por el filtro hasta transformarlo en un chaval con mechas y algún tipo de problema (¿querer interpretar como Nicolas Cage en un mal día?), Light Turner, encarnado por un Nat Wolff fuera de lugar, al que se añade una Mia que supuestamente tendría que gustarnos porque para algo la han pasado por el filtro de Violet de American Horror Story y, claro, es una animadora tan rebelde como una camiseta negra vendida en una tienda para quinceañeras. Ambos son adolescentes al estilo USA, preocupados por el sexo, buscando "cambiar el mundo" sin pensar (¡sin pensar en nada!) y hacer el idiota. Olvídense de todo aquello que hizo grande al anime con Kira y Misa que, al menos, Kira era brillante y Misa era un personaje que, si bien a merced de otros, demostró desde su aparición varios puntos interesantes por mucho que para algunos fuera insufrible (sin ella, no tenemos los ojos del shinigami ni a Rem, ni tantos otros grandes momentos como la historia del shinigami que se enamoró de ella).


¿Adaptación?

Si ya pensamos en personajes como el jefe de policía, aquí de nuevo el filtro USA se pasa para convertirlo en... váyase a saber muy bien el qué (y olvidad la sorpresa de ver cómo el jefe Yagami resultaba ser el padre del prota, como en el manga). No esperen al héroe incorruptible del manga, el que duda de su propio hijo. ¡Qué va! Aquí tenemos a un tipo que le da igual ya que el delincuente que mató a su esposa esté libre, pero vaya, se va a ocupar de ese tal Kira sí o sí, porque... sí... Y ni siquiera va a tener un grupo de policías con los que contar (ni uno, oiga, ni cuando se cargan a los agentes del FBI). Ah, tampoco va a dudar de su propio hijo (malditamente sospechoso)... lo va a defender. El gran poli al que le dicen "oye, que tu hijo es Kira" y se pone en plan poli chungo de serie estadounidense mala en vez de hacer caso al supuesto gran detective, pero es que el L de está película tampoco hay quien lo salve.

L se caracterizaba en el cómic por ser excéntrico, un Sherlock Holmes hasta las últimas consecuencias, un crío adicto a los caramelos y con un pensamiento que nos hacía pensar que estaba leyendo el guion y así se enteraba de todo. La idea que definía al personaje es que él era la justicia y la impartiría sobre un farsante como Kira, que ni siquiera usaría el cuaderno de muerte bajo ninguna circunstancia y atraparía a Light para llevarlo ante la justicia. Y no, aquí solo es un chaval con problemas de comportamiento al que le da una depresión por perder a Watari en una de las tramas más estúpidas: controlar a Watari para que dé el nombre auténtico de L (así, por la cara) y yendo a un orfanato en ruinas donde se formaban a los mejores detectives del mundo, detectives que son tan idiotas como para dejar todos sus datos en un sótano. Oh, là là... Y, al final, en serio, ¿nos tenemos que tomar esto en serio?

Y otro que sale mal parado en esta "adaptación" es Ryuk. Y eso que tenían el casting perfecto con Willem Dafoe (el maldito, gran e increíble Willem Dafoe). Y nada, lo único que deciden demostrar en esta peli es cómo cargarse a un personaje tan interesante. El shinigami que encandiló a todos los lectores, que jamás se involucró en la historia más allá de dar información para divertirse, aquí es considerado en muchos puntos un villano, las "creativas" mentes deciden cansar a base de "sustos" baratos y mil veces vistos y, por supuesto, Ryuk nunca se vislumbra como era en la obra original sino como una especie de... ¿Qué es en realidad? Acaso, ¿agrega algo aparte de explicar algo que ya está en las normas? Porque para eso, ni siquiera haberlo mostrado, ya que abusan de la oscuridad, el desenfoque y demás para ocultar un diseño chusco y unos efectos especiales que se gastaron todos en la escena de la noria y ninguno en crear al shinigami, a Rem o el mundo de estos... Porque aquí se omite esa interesante idea de que el shinigami acude al mundo porque se aburre y Light decide convertirse en dios porque también se aburre. Adiós, paralelismos; hola, versión barata para el público incapaz de leerse un manga o ver un anime... y, si acaso, porque la adaptación es tan pobre que, alguien que no ha disfrutado de esta obra, ¿comprende realmente la historia, esta especie de Death Note para dummies?

"Pongamos al que hace de L intentando sentarse como en los cómics y seguro que encadilamos a los fans". Fuente.
No sé qué ocurre con los creadores estadounidenses cuando deciden adaptar mangas o animes a la gran o pequeña pantalla. Hay algo que no funciona. Hay algo en su cultura cinematográfica más mainstream que fagocita, pero no sabe crear en torno a estos elementos. En el cómic, Frank Miller te pillaba El lobo solitario y su cachorro, otros mangas, a Moebius y el ciberpunk y te creaba algo original como Ronin. Aquí no. No entienden qué era lo bueno de Ghost in the Shell. No captan la loca fantasía de Dragon Ball. Nos obliga a pensar directamente en esa época donde Kevin Smith nos hablaba de cómo los productores decidían que Superman no debía volar porque era ridículo y similares.

Me importaba muy poco que la historia transcurriese en Estados Unidos, pero que decidiesen que tenían que meter todos los tópicos típicos de las películas de adolescentes estadounidenses resulta enervante: animadoras, bailes de invierno, matones, empollones, castigos... Blablablá. No hablamos de coger Los Siete Samurais y hacer Los Siete Magníficos, estamos hablando de coger Death Note y hacer la típica serie chorra estadounidense para teenagers.

A la banda sonora de Atticus y Leopold Ross solo se puede decir que han pillado algunos de sus descartes y, además, le añadimos una selección de música ochentera que no pega o que, decididamente, es un insulto como en la supuesta escena espectacular de la noria, que dan ganas de tirarse por el balcón debido a cómo cae en el terreno de la ridícula parodia no deseada.

Esto es lo máximo que veréis a Ryuk. Fuente.

Sacrificando el espíritu

Death Note, tanto el anime como el manga, se caracterizaron por el suspense, los dilemas morales, los enfrentamientos entre los personajes, las mentiras, las estrategias... Death Note, la película, se caracteriza por todo lo contrario. Si en el cómic podías llegar a pensar que todos eran demasiado inteligentes, en la película llegas a aceptar que todos son demasiado tontos. Y es que es un peligro escribir sobre personajes más inteligentes que tú, pero peor es intentar que parezcan inteligentes y sean idiotas y eso lo han logrado los guionistas que han perpetrado este crimen, mientras que Tsugumi Ohba puede estar satisfecho de haber concebido no solo un gran manga sino también un fenómeno.

Ah, por cierto, si esperáis un final... no lo hay. Alguien tuvo que pensar que un final abierto estilo Blade Runner o Inception haría de esto una gran obra (sí, los finales abiertos son el equivalente a un milagro). Amenazan con una especie de secuela, como si acabasen de darte una paliza y te dijeran: "volveremos para darte otra, ¿ok?". Las mismas ganas me quedan.

No quiero hablar más de esta película. Solo un breve apunte: Death Note hubiese funcionado mejor como una serie e incluso, si al director y los guionistas de esta cosa no les gustaba el manga o el anime, bien podrían haber cogido y creado una secuela, en vez de transformar todo en un incesante mar de ruido y estupidez, lleno de cabos sueltos y tonterías varias.

No me extraña que en los créditos finales, entre pantallas verdes y rodajes sin alma, los actores salgan riéndose... Evidentemente, se han reído de nosotros.

Ay, Ryuk, ¿qué te han hecho? Fuente.

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