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Steampunk victorian girl by LahmatTea. Fuente |
¡Por fin!
Ha sido un mes arduo, pero al final lo he conseguido. Eso sí, cuatro semanas que se me han pasado volando y no han supuesto un horror para mí en ningún momento gracias a tener un objetivo claro: terminar la historia que quería contar. No sé si os podéis imaginar lo difícil que es esto a veces.
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The Squire, Ave Ventrue. Fuente. |
Reescribir el comienzo de una novela aparcada desde hacía un año fue, más o menos, fácil. Menos chistes, más ir al grano, cambio de frases, olvidar el barroquismo, ordenar los sucesos, dar más vida, decidir el final que tenía pensado desde hacía tiempo... ¡Check!
Terminar de escribirla fue una carrera contrarreloj donde sabía que dudar podía significar abandonar y convertirme en una de esas personas que dicen que escriben sin escribir (algo que detesto). Superé ese leve bloqueo de la mejor forma que puede hacerse: seguir escribiendo. Es la única forma que hay de hacer una obra, en ocasiones, y pronto, por suerte, recuperé la fe y seguí juntando letras.
Luego vino la relectura y la primera corrección. Fueron interesantes (bonito adjetivo que no abarca mi desesperación). Es una etapa imprescindible (IMPRESCINDIBLE, yo no soy como cierto escritor que hace tochales "históricos" y se los corrige su "equipo"). Y lo menos "placentero" es que cuesta tiempo y ánimo (o sea, imaginadme enfadado todo el día... Bueno, más de lo normal). E incluso dinero, ya que tienes que imprimir (sostengo que hay errores, repeticiones, faltas de sentido..., que solo pillo cuando corrijo un manuscrito en mano, mientras lo leo en voz alta y utilizo los fosforescentes).
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Por giorgiobaroni.dev... Fuente. |
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Fuente. |
Como os conté en la columna del juntaletras que recuperé en su día, corregir es tratar de revivir algo que parece muerto, algo en lo que pusiste todas tus ilusiones. Verlo sin vida podría desanimarte y hacer que optes por otras cosas, pero ¿sabéis qué? Considero que debemos hacer frente a aquello que nos asusta y nos desanima, solo así podremos reescribir y hacer la mejor obra que podamos, una de la que nos sintamos orgullosos y, por suerte, me siento muy orgulloso de Las Chicas Steampunk.
Bueno... Y entonces... Más correcciones, desde primera hasta la última hora del día. Dramón. No te olvides de usar el látigo contigo, de ser tu peor crítico, ahí fuera no van a ser más clementes contigo.
Por el camino he hecho alguna locura como acostarme a dormir a las tres de la mañana para levantarme a escribir unas dos o tres horas después, pero puedo confirmaros que ha valido la pena.
Aunque la editorial ahora me diga que no les gusta (o no me diga nada), la experiencia de escribir horas y horas, que por culpa de la falta de tiempo había olvidado, ha sido un gozo que me ha hecho recordar porqué amo la literatura.
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Una de las cosas divertidas de documentarse a la hora de crear personajes. Fuente. |
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Mi manuscrito antes de ser asalto |
Y aquí otra de mis reflexiones de señor Scrooge digital, en esta era de maquinitas, solemos olvidar lo que es pasarlo bien con aquello que nos gusta, nos hablan de ser políticamente correctos o pasar mucho tiempo vendiéndonos en las redes sociales, pero a mí me encanta escribir por escribir y disfrutar así de la imaginación y un arte que debe ser nuestra religión.
Regresando al tema, si todo sale bien, muy pronto os revelaré el título oficial de Las Chicas Steampunk (como sabéis este siempre ha sido el nombre con el que me refiero al proyecto); la sinopsis y demás pueden que tarde un poco más. Por ahora, ¡tengo una historia terminada y eso es experiencia!
Ahora queda esperar cómo le va a estas chicas...
Por otra parte, deseo hablaros del proceso de creación en el futuro o de temas que nos interesan a los autores como el registro de la obra y demás, pero eso será en un futuro post (o más de uno, que me conozco). Tengo que celebrar esto, escribiendo el final de Hollow Hallows.
Aprovecho para daros las gracias a todas las personas que me han apoyado durante la corrección, como mi sacrificada Elsbeth (que aguanta la lectura, relectura y neuras varias) y todos los que os pasáis por el blog o las redes sociales como Ana, el Demiurgo, Felipe, Hitos, Beka y más. ¡Toca responder a vuestros comentarios y ponerme al día! Sin duda, es un motivo más para apreciar El Antro, contar con gente maravillosa que te ayuda mientras haces castillos en el aire, pero de eso va el arte y, a veces, la vida. Sigamos viviendo, sigamos escribiendo.