
Nos
encontramos ante una película que mezcla drama con ciertas dosis de comedia
aunque realmente pretende contarnos una historia de amor y cómo todos los
buenos romances son aquellos que resultan imposibles… Y quizás, este el que más
porque el joven escritor Calvin (Paul Dano) se ha enamorado de un personaje que
acaba de escribir y que termina haciéndose real: Ruby (Zoe Kazan), que, de
pronto, aparece en su vida aunque él no se lo crea. Poco a poco, deberá empezar
a tomar decisiones más allá de si se ha vuelto loco: si algo no le gusta de
Ruby, ¿tiene el poder de reescribirla? ¿Es eso moral? ¿Debemos cambiar a la
persona que amamos?
A
partir de esta jugosa premisa, nos encontramos con una historia agridulce, que
a veces se balancee en el terreno de la tristeza (la escena en la que el
escritor empieza a manipular a Ruby sin cesar resulta dolorosa). Poco a poco,
los secundarios van jugando un papel fundamental, como la familia de Calvin
(Anette Benning, Antonio Banderas…), el agente (Steve Coogan haciendo de
capullo, de nuevo), su antigua novia, incluso su perro Scott (por cierto
escritor) que destroza una copia de El guardián entre el centeno de Salinger.
Todo lo que sucede se ve influido por estos personajes y tal vez Calvin no sepa
cómo dar un final a su historia.
El
punto fuerte, más allá de la idea original, son las interpretaciones de Paul
Dano y Zoe Kazan. Dano, visto en Looper o en Pequeña Miss Sunshine, lo
borda como ese escritor frustrado que parece una mezcla de John Lennon y Woody
Allen (toda la película tiene cierta influencia de Allen, véase esas charlas en
el diván), con el que podemos empatizar pese a que se llegue a transformar en
un imbécil (¿quién no lo es de vez en cuando?). Zoe Kazan, la nieta de Elia y
guionista del film, devora la película no solo por esos grandes ojos o su
aspecto adorable, sino por su interpretación que pasa del hastío a la alegría
desenfrenada, la posesión o la pena. Todo un recital de una intérprete que
apunta a maneras y que da sentido a toda la obra. No es rara la química de Dano
y Kazan, que son pareja en la vida real. Irónicamente, son personas reales
interpretando a personajes ficticios que se crean el uno al otro.
Ruby
Sparks, en el fondo, es la historia de cómo todos hemos intentado cambiar o nos
han intentado cambiar confundiendo el egoísmo con el amor y cómo debemos
aprender a dejar libre al ser amado para que esté realmente nos quiera. Solo
por este mensaje, merece ser vista.
Y por los ojos de Zoe Kazan, ¿por qué no?