Hace poco, estrenaron en abierto la serie Juego de Tronos,
basada en la saga de libros de George R.R. Martin. Mientras la veía, pensaba
¿cómo sería esta serie con superhéroes en vez de personajes arrancados de una
pseudo fantasía épica?
No tardé en comentarlo en una red
social donde varias personas dieron su opinión sobre ver un Juego de Tronos que realmente fuera un Juego por la Capa o algo así. Me seguía
pareciendo bastante curioso y salieron varias ideas buenas.
La realidad no es plagiar la idea de
Martin, sino intentar traer el ritmo (tan deudor del culebrón como los cómics -no me peguéis-) y
cierto realismo sucio, recordar que los superhéroes pueden dar más de sí y
descubrir en una historia algo más de lo que pueda parecer simplemente.
Lo hizo
Alan Moore con Watchmen, centrándose
en la estructura y la fibra sensible que llena las historias de los grandes
personajes, no sólo el momento guay y la suciedad de la “vida real”.
Ese es el resumen de mi carrera: siempre
Alan Moore, quizás acabar siendo Garth Ennis, esperando no caer en Mark Millar
(un saludo, Mark).
Ese es el propósito de lo que estoy
escribiendo.
***Perdón por tardar en hacer este post sobre lo que estoy escribiendo que prometí que colocaría cada semana (el lunes o el martes), creo que no sabía bien qué y cómo contarlo.***