Pixabay. |
Desde hace dos semanas, os he
contado cómo se originó el extenso relato que estoy reescribiendo. Hemos pasado
por los dubitativos pasos de 2007 y por la escritura de 2008. Ahora, llegamos a
2009. El año en que muchas cosas llegaron a su punto y final.
La historia de la Historia en 2009
El primer acto de esta novela
llevó a cabo un par de meses. ¿Pudieron ser tres o cuatro? No estoy seguro,
solo sé que terminé teniendo un fojete de más de 500 páginas. Por el camino,
nació El Antro de los Vampiros y Otros Monstruos como forma de poder compartir
esa aventura con cualquier lector. Así que, ya sabéis, por qué existe en parte
este lugar, su nombre y demás. Si buscáis la historia por aquí, no la encontraréis. Fue eliminada para no tener problemas a la hora de publicar. Lo siento. Ya sabéis por qué en 2008 sólo hay un post.
Por aquellas fechas, me prometí
que la segunda parte desarrollaría más las cosas. Estaba intentando aplicar
trucos aprendidos de novelas y cómics. Cada personaje debía tener su historia.
Fue así como llegué a las 800 páginas del segundo acto. Concluí en julio de 2008.
El tercer
acto comenzó el 8 de agosto de 2008. Juro que esa fecha no tiene un gran
sentido, fue el día en que me propuse volver a colgar La Historia tras un
descanso (para saber cómo terminar y aunar todas aquellas anotaciones de cabos sueltos, cosas que poner...). No sabía que me llevaría los meses restantes
y los primeros del siguiente año.
Por tanto,
2009 fue la época de crear un final acordé a tantas tramas contadas en La Historia. No tardaron en
juntarse las docenas y docenas de páginas. Y eso que juré que iba a ser el más
corto de todos... Y acabo teniendo casi 2000 páginas.
Como veis, soy un hombre que cumple
sus promesas.
Dejadme ahora que me ponga chipirifláutico (y no, no sé lo que significa esa palabra, pero me gusta).
2009
significó, para mí, el término de muchas cosas. Concluí el instituto y una etapa
de mi vida. He de decir que, aunque alguna vez, me he propuesto regresar para
echar un vistazo a aquel lugar donde pasé seis años de mi vida, no lo he hecho. Ni siquiera volví para la graduación. Lo
siento. Sé de una profesora que querrá matarme ahora mismo (¿se calmará si le digo que tiene su doble en La Historia?).
También fue
el fin de mí mismo en muchas cosas. El Carlos “destroyer”, que pensaba que podía
ir por el mundo haciendo daño a la gente y creyéndose mejor que los demás, no
tenía sentido alguno. Ya no había cabida para él. Debía morir y murió. Las personas a las que quiero me
enseñaron que eso debía pasar.
[Oh, creo que, como uno de mis personajes, he superado los top ten de cursilismo en un solo párrafo. Eh... ¿Podemos seguir?]
Otro hecho
que tuvo su final fue la amistad o ver continuamente a aquellos amigos que
había hecho en bachiller y que consideraba diferentes y dignos de ser parte de
una historia. El tiempo pasa, nos alejamos y los caminos se trazan. La vida es
así. Me gusta que sea así.
He de añadir que fue una época
de cierres que me condujo a terminar yendo a una facultad con forma de
pirámide, donde aprendería muchas cosas (tanto dentro como fuera de las aulas).
Parece que fue ayer, pero ¡ahora estoy terminando la carrera! Al menos,
considero que soy mejor persona que como empecé y sé escribir mejor. Cosas mías para no
pensar en lo que vendrá después.
¿Qué más os
puedo contar? Empecé aquel año viendo un musical (recordad que lo que escribo
es un musical en formato novela... Temedme). Su título Hoy
no me puedo levantar. He de decir que me gustó bastante. Soy una persona de
extremos, odio o amo ciertos musicales. Otro de mis favoritos, que recordé el otro día respondiendo a un comentario, es Rocky Horror
Pictures Show (película que me prestó una profesora de Lengua magnífica). No
viene a cuento, pero ahí lo dejo.
Ah, ¿y os he
contado que me volví un colgado? La culpa es de leer a tanto Alan Moore y compañía. Digamos que era un grupi de Moore (y aún lo sigo
siendo). No paraba de hablar de Watchmen, leerme cualquier obra del Bardo de Northampton que cayese en mis manos... ¿Sabéis de mis intentos nulos de convertirme en mago? ¿No? Pues mejor.
De todo eso, saqué un sentimiento de querer escribir cosas diferentes que me dura hasta hoy.
He buscado diversas técnicas nuevas y no he sentido demasiado miedo a la hora
de cambiar. Eso lo fui poniendo más y más en el tercer acto y he de decir que
es mi favorito. Ya os hablaré más de él. Curiosamente, para otros lo era el primero, el que considero el más inexperto y alargado con algo de alevosía. En fin...
Solo sé que
un día, creo que fue una mañana, aunque quizás pudo ser una tarde, concluí con un epílogo larguísimo sobre una
historia que iba sobre la libertad, la venganza y ser monstruos.
Y ahora, en
2012, la estoy reescribiendo. Tenía razón Jon Osterman, hay cosas que nunca
terminan.
Pero este
texto sí. La próxima semana os hablaré del proceso de corrección y cualquier
idiotez que se me ocurra. Ya me conocéis.
Gracias por leerme.
P.D.: Esta semana he reescrito hasta llegar a la página 269 de 3225. Es decir, un 8%. Queda aún
bastante, pero voy viendo la luz al final del túnel del primer acto. He
cambiado muchas cosas, he sido más irónico, he ido más al grano y espero seguir
haciendo buenas elecciones. Aguardo concluir esta fase en breve, corregir y
demás para retomar la parte final del primer acto. Y aún así, sé que esto no ha hecho más que empezar... De nuevo.