Se supone que como estamos en Navidad y todo es alegría, color y gilipollez masiva, debería poner una canción navideña en El tema del día, pero, básicamente, como dije ayer, sólo hay un villancico que no me dé mal rollo y ya lo puse. Así que, como cada mañana amanezco viendo MTV, y, a veces, encuentro canciones muy buenas cuyo nombre se me escapaban, he decidido que hoy, El tema del día, sea Bitter Sweet Symphony de The Verve, que apareció como sencillo y en el disco Urban Hymns.
Aunque el autor de la canción es el vocalista del grupo, Richard Ashcroft, hay que decir que los derechos pertenecen a Keith Richards y Mick Jagger debido a que se utiliza un riff de los dos componentes de Los Rolling Stones (de la canción The Last Night para ser exactos). Esto, pese a que, al principio, Ashcroft y los suyos habían tenido permiso de los propietarios de los derechos de Sus Satánicas Majestades. Sin embargo, luego tuvieron que soterrar el rift por la melodía orquestal, para más tarde iniciar una batalla legal que acabaría así: The Verve no podía ganar dinero con su mayor éxito y también perdieron el control de la canción. Al respecto, Ashcroft dijo:
—Ésta es la mejor canción que Jagger y Richards han escrito en los últimos veinte años.
Poco después, Richard Ashcroft sufrió una crisis y con la suya, la de la propia banda que se deshizo en 1999 (aunque se reuniesen hace un tiempo para grabar un nuevo disco).
El videoclip es una declaración de intenciones, un tipo no se detiene ante nadie, sea quien sea, choca con quien haga falta y nadie puede decirle nada, mientras avanza por esa avenida londinense. Ese tipo es Richard Ashcrof.
Para ver el vídeo original, pinchad aquí. Si no os apetece, debajo tenéis otro cuya inserción no está desactivada por solicitud (sí, sé que está frase del amigo Youtube os ha puesto como motos):
Gran canción, espero que os guste tanto como a mí y, si acabáis de levantaros, os sirva como os ha servido a mí. Seguid adelante, chocando con quien haga falta, pero nunca deteniéndoos. Vosotros podéis. Venga, confiad en mí, pienso llevaros por un camino por el que nunca he ido, porque está vida es agridulce y, sin cambio, no podemos cambiar (me encanta la letra).
