
Hoy se han
cumplido cuarenta años del estreno de El Imperio contraataca, una de
mis películas favoritas no solo de Star Wars, sino de la historia del
cine, porque me enseñó que no siempre los buenos ganas, pero que no
por eso, hay que rendirse.
Recuerdo traumatizarme (en el buen sentido) con la escena de la cueva de Dagobah, el "desarme" de C-3PO, el “fin” de Han Solo o la revelación de Bespin.
Una película fantástica sin la cual no hubiéramos tenido varios momentos icónicos del cine.
¿La recuerdas con tanto cariño como yo, con ese rollo traumático del cine de los 80 que tanto molaba?