Escritores que me han influenciado: Derek Landy

Desde hace un tiempo buscaba algún tipo de post que poder usar en más de una ocasión (algo así como una sección... Vaya, la palabra se me escondió). También que me lo pasase bien haciéndolo (no quiero que parezca una obligación) y que variase un poco los temas de los que suelo hablar en El Antro. Ayer, mientras actualizaba mi ficha en Goodreads (seguidla si queréis, para estar al tanto de las novedades), me fijé en el tema de las influencias literarias y... ¡Eureka! Una nueva idea: quería dedicarles un poco de espacio por el blog a esas fuentes que han convergido en mí. Y tras esta justificación innecesaria (y más larga de lo esperado, los paréntesis ayudan a ese objetivo... Ups), paso a hablar del primer autor de esta serie de entradas (no periódicas, me temo) que me ha marcado a la hora de escribir...



Os he hablado en muchas ocasiones de Alan Moore, Neil Gaiman, Stephen King, J.K. Rowling, Terry Pratchett y otros grandes autores que siento que han influenciado mi modo de escribir, por lo que, para no repetirme (o no tan seguidamente), quería dedicar este primer texto a un escritor del que os he hablado relativamente poco: Derek Landy y del que necesito comentaros algo más que podría resumirse en: leedlo. No sabéis lo insoportable que es seguir una saga y no tener a mucha gente con la que comentarla. Os lo aseguro.


La saga. Fuente.
Derek Landy es un guionista y escritor irlandés conocido por la serie de libros de Skulduggery Pleasant, aunque recientemente ha publicado la novela Demon Road (y que deseo que se traduzca y publique muy pronto por aquí). Si queréis leer cómo se describe en tercera persona a sí mismo en las solapas de sus libros (o en su web) o cómo aprovecha las dedicatorias para gastar siempre una buena broma, coged uno de sus libros o echadles un vistazo a los primeros capítulos disponibles en la web de la editorial SM.

Confieso que lo primero que me llamó la atención de la saga (titulada en España Skulduggery Pleasant, el detective esqueleto), fue el arte de Tom Percival que hay en sus ediciones, pero temí (erróneamente) que me decepcionase como otras obras supuestamente macabras y divertidas que al final no terminaron de gustarme. Pero ahí estuvo, años esperándome en las estanterías, echándole un ojo de vez en cuando, hasta que Elsbeth (ella siempre me regala lo que vale la pena, como latidos frente a un abismo inexorable), tras leer por internet en la web oficial los primeros capítulos, terminó comprándose el primer libro porque yo seguía sin saber si pillarloo no (ella me dijo: "lo compro yo y pruebo... Ya está"). Al final, ella se lo leyó de una sentada, muy emocionada, y luego yo. Para entonces, ya éramos fans del detective esqueleto.
Esto me hace pensar que me gustaría mucho ver una buena película de Skulduggery,
escrita por el propio Derek Landy. Fuente.

Algo más que una novela infantil o juvenil


Skulduggery Pleasant, preparado para la
acción. Fuente.
Pero si regresamos a ese "amor a primera vista" que supuso ver el libro o su primera lectura, no sueles encontrarte con libros supuestamente "infantiles" con un esqueleto enfundado en un traje de detective bastante sofisticado, mientras practica la magia acompañado de una joven de pelo y ojos oscuros (una oscurilla, como quien dice). Pero es que Skulduggery Pleasant no suelen ser el tipo de libro que te venden como una obra infantil. Por suerte. Tú no te esperas que en un libro "infantil" te encuentres con un esqueleto viviente (con buen gusto para la moda, eso sí), investigador de lo paranormal y mago, resucitado por fuerzas oscuras, que hace frente a vampiros, zombis, psicópatas, nigromantes... Y que ya en la primera página empieza por un asesinato (y hay docenas y docenas de muertes en la saga, por cierto). 

Pero eso son elementos. Lo macabro se suele unir con la infancia, a veces, sin que nos demos cuenta. Cuando somos pequeños, nos da bastante igual, pero cuando crecemos tememos "traumatizar" a los críos, como si estos fueran tan fácilmente "traumatizables". Por ejemplo, recuerdo que uno de mis juegos favoritos de la infancia era coger un viejo estuche de unas gafas para usarlo de ataúd de mis muñecos (diseñaba cementerios a pequeña escala, otro hobby). ¿Por qué deberíamos temer "traumatizar" a un chaval que seguramente juega a descuartizar a sus juguetes sin miedo alguno? La muerte no se puede separar de la vida. De ahí que surjan películas como Pesadilla antes de Navidad o series como Las macabras aventuras de Billy y Mandy, espectáculos donde hay esqueletos, zombis y cosas terroríficas que no asustan (o no del todo), sino que entretienen y acercan al público a un género tan estigmatizado (injustamente) como el terror.

Una breve explicación del nombre
de Skulduggery Pleasant. Fuente.

A pocos esqueletos les sienta tan bien el traje. Fuente.
Por ese motivo aprecio también que Skulduggery Pleasant sepa cómo utilizar los típicos elementos del terror y la magia (a lo Buffy Cazavampiros, a veces), combinados con el estilo detectivesco, sin olvidar ese aire a lo Doctor Who que lo envuelve todo de vez en cuando. Y no me parece infantil o juvenil porque su coprotagonista, Valquiria Caín, tenga, cuando empieza la saga, doce años. Eso es muy simple. Es como creer que El exorcista es infantil porque su protagonista es una adolescente (aunque sería divertido ver a un pequeñajo viendo esa película). Y si es infantil o juvenil, pese a todo, con lo bien que me lo he pasado leyendo los tres primeros vólumenes, podría decir que no me cansaré nunca de esta saga y seguiré adelante con ella.

No quiero dar la falsa impresión de que es una obra entretenida y ya está. No, Skulduggery Pleasant se toma en serio. Son grandes aventuras con momentos mágicos y fascinantes, además de alguno escalofriante, en torno a misterios, guerras secretas, geniales personajes, originales diálogos y temática variada, desde la importancia de ser un chaval hasta el lado oscuro de los héroes, por solo mencionar algunos de los detalles que me encantan de la saga.

Skulduggery te salva la vida


Este fin de semana ha sido uno de los más horribles de mi vida. Nunca estás preparado para que las personas que supuestamente deberían quererte, se comporten contigo como las peores criaturas del mundo. Hay gente, por llamarles de alguna manera, que piensan que pueden gobernar con sus actos al resto de las personas, que las existencias de los otros están a su merced por el simple hecho de que sus propias vidas están tan vacías que necesitan amargar a los de otros bajo falsos propósitos... No se dan cuenta que el dinero (o los vínculos sanguíneos) no generan ninguna cadena con la que atar y maltratar a nadie, pero no pienso dedicarle más de un párrafo a estos hechos, porque estos libros y este autor de los que hablo merecen más la pena que a la cosa a la que me refiero aquí. Lo que queda claro es que han sido días horribles, pero me alegro de haberme sumergido en la lectura como forma de escapar (si os fijáis en mi Goodreads, veréis que estoy en modo bookworm últimamente).

Skulduggery Pleasant haciendo algo de magia. Fuente.
Os contaré que empecé a leer Skulduggery Pleasant a principios de este año por puras casualidades, como os comenté (y gracias a Elsbeth). Coincidió con mis idas y venidas en autobús al curso de inglés, pero también con la enfermedad que se llevó a mi padre. Durante todos esos momentos oscuros, podía alejarme un poco de mi realidad soñando con ese mundo donde un detective esqueleto salva el mundo, mientras fuerzas oscuras intentan traer a monstruos como los Sin Rostro. Esa etapa se saldó con la lectura del primer volumen y el segundo, Jugando con fuego

Ahora que mi vida ha vuelto poco a poco a internarse en esas tinieblas, donde mi consuelo ha sido pasarme horas y horas leyendo varios libros en la biblioteca, he sentido la necesidad de volver al mundo de Pleasant, al principio con los relatos cortos de los que os hablé en esta columna del Juntaletras contra el Mundo, y también su siguiente novela; de ahí que en un par de horas devorase el tercer volumen, Los Sin Rostro

En estos momentos, me encuentro en la apasionante lectura del cuarto, Días oscuros. Me encantan leer cómo las tramas confluyen, los diálogos, el humor negro, los instantes de muy mala uva (como quien dice), los nuevos personajes, la forma en la que engancha al lector, cómo sobrepasa esos límites que algunos marcan en la literatura juvenil, cómo consigue que nos involucremos en esta realidad de magia y aventuras... Me encanta y me ha influido a la hora de escribir obras como Las Chicas Steampunk, que espero que algún día vea la luz (por ahora la editorial no me ha dicho nada, pero tengo varios planes, así que a esperar queda...). 

Skulduggery Pleasant en varias ilustraciones,
junto a Valquiria. Fuente.
Amén, señor Landy. Fuente.
Creedme: agradezco a Derek Landy que haya escrito esta saga. Imaginaos si lo agradezco tanto que he pensado en que, cuando vaya a Irlanda (mi hermana vive allí), me gustaría ir a alguna de sus firmas de libros y decirle algo de todo esto que se acabará resumiendo en un par de palabras mal pronunciadas en inglés entre muchos "eh... ah... ugh... Thank you... eh... Hurm... Eh... No soy tan idiota como parezco. Trust me... And... Hurm... Hello, I am the Doctor, maybe". Las dotes de la oratoria innatas en mí, basadas en las series que veo en inglés, me delatan.

Lo que querré decir con toda esa cháchara es que le doy gracias porque ha conseguido no solo enseñarme algunos trucos como escritor o mostrarme aspiraciones como el enganchar y embrujar al público, sino también porque, como lector, me ha alejado de esas horas insomnes, esos pensamientos oscuros y esa sensación de pérdida. Le doy gracias también a Elsbeth por acompañarme en este viaje y por prestarme estos libros; además, sin ella la vida no es que fuera peor, es que directamente no sería vida.

Fanart de Skulduggery Pleasant (y Valquiria). Fuente.
Así que aquí está mi pequeño homenaje a Derek Landy. Me quedan varios libros más de la saga, además de la novela dedicada al personaje de Tanith Low (la genial Tanith Low) y los relatos cortos, sin mencionar las otras obras del autor (como la novela corta dedicada al décimo Doctor, ¡qué ganas le tengo!). Mientras, seguiré deambulando por ese mundo oscuro, mientras conjuro los míos, pero siempre le agradeceré esto a Landy, el hecho de ayudarme. Y aprovecho para recomendaros a todos que os acerquéis también a la obra de este autor. Merece que se le reconozca más, mucho más. Al fin y al cabo, necesitamos más magia en nuestras vidas y Derek Landy nos la da con sus libros.

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Los textos pertenecen a Carlos J. Eguren salvo cita expresa de los autores (frases de libros, comentarios de artistas...), siempre identificados en el post. El diseño de la imagen de portada pertenece a Elsbeth Silsby.

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