El desconocido villano de Star Wars: Jar-Jar Binks (o por qué los Ewok no son tan odiosos)

El rostro del mal. Fuente.
Cualquier fan de “Star Wars” que se precie ha caído alguna vez en el debate más antiguo de la Tierra[1]: ¿qué es más odioso: los Ewok o Jar-Jar Binks?
El mundo se ha dividido en dos bandos desde esta polémica. Olvidaos de religiosos y ateos, fascistas o comunistas, orcos de Mordor o guerreros del Oeste… El mundo, como iba diciendo, realmente se separa en: me gustan los Ewok, odio Jar-Jar Binks o viceversa. Hay una raza en evolución, posiblemente mutantes, que odian a ambos (nota: tienen mala leche). Luego, hay otros que les gustan ambos. Yo podría ser de ese grupo (nota: temedme).

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Sea como sea, los que odian a los Ewok esgrimen que son peluches enanos, adorables sí, pero estúpidos, infantiles… Pero yo digo, oh amado pueblo mío (sí quería decirlo): los Ewok ¡ganaron al Imperio! Hicieron algo bien. Machacar, desde su debilidad, hasta un villano más avanzado. Esta analogía de la Guerra de Vietnam (toma ya) no es entendida por el público, pero si lo hace Cameron todo el mundo se vuelve loco gracias a sus aburridos gigantes azules. Damas, caballeros, niños y niñas, “Avatar” no mola (es una copia de todo), “Star Wars” sí mola (mucho, muchísimo, infinitamente y hasta más allá).
No obstante, amigos y amigas, androides de protocolo y demás, debéis escuchar la verdad que me ha sido revelada a través de la fuerza: ¡Jar-Jar Binks es el gran villano!
Calma, calma, hermanos. Me explico.

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No es sólo por su torpeza, su extraña manera de hablar, su caminar raro o no morir a manos (o patitas) de Sebulba, no… Jar-Jar Binks es un villano (aunque dudo que lo sepa), porque gracias a él, existe el Imperio.
Si recordáis “Star Wars. Episodio II: El ataque de los clones” de George Lucas (2002), en una escena, en medio de la crisis, Palpatine y los suyos insinúan que sólo se podría poner orden en el Senado si se le dan poderes de emergencia al Canciller (o sea, Palpatine). Es decir, si lo convierten en un amago de Emperador, podrá salvarse la galaxia. Palpatine pone cara de penita, los demás pensativos… Y Jar-Jar Binks pone cara de: “¿qué hago? Misa tusa… Blablabla” (todos sabemos cómo es Jar-Jar).
Otro posible final. Fuente.
Un par de escenas después, Jar-Jar anuncia ante el Senado su propuesta de dar poderes supremos al Canciller Palpatine y todo el Senado aplaude... Y así se acepta el ejército clon para la República. Ese es el germen que hará de Palpatine el Emperador, el malo malísimo, el Sauron galáctico que le encantaba decorar sus despachos de la Estrella de la Muerte con un abismo generador de energía.
Es decir, gracias a Jar-Jar (torpe como él solo) tenemos el Imperio Galáctico que trajo durante más de veinte años las tinieblas a la galaxia.
Otra cuestión sería cómo se le ocurrió a los gungans poner a ese representante, será que le hizo gracia al jefe Nass o algo. No entiendo.
Por tanto, y aunque no odie a Jar-Jar, unos personajes odiosos para mucho, los Ewok, ayudaron a salvar la galaxia, mientras que Jar-Jar ayudó a que existiese un Imperio. Fin de mi alegato, señoría.
Adiós, Jar-Jar... Fuente.
PD: Hay una escena en “El retorno del Jedi” donde una de las máquinas de guerra del Imperio disparan a dos Ewok. Ellos caen. Uno se levanta e intenta hacer que su amigo despierte. No lo consigue, está muerto. El otro cae llorando. A quien no se le hayan rayado los ojos en esa escena, ¡no merece ser considerado humano!
PD2: Heavy, heavy. Mirad esto que he encontrado en la sabia wikipedia sobre el final de Jar-Jar: "En el videojuego Star Wars: El Poder de la Fuerza se puede ver a Jar Jar Binks congelado en una placa de carbonita en una sala de trofeos del Capitan Imperial Ozzik Sturn en el planeta Kashyyyk, junto a las cabezas de otras muchas criaturas del universo Star Wars y a un Wookiee enjaulado. Aún así, esto no ha sido declarado definitivamente como canónico".

[1] Bueno, no tanto, pero queda guay.

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