Juego de Tronos: The broken man, los dioses no han acabado contigo

El destino y el horizonte de los personajes en The broken man de Juego de TronosFuente.
Ya está. Ya he visto The broken man, el séptimo capítulo de la sexta temporada de Juego de Tronos. En serio, ¿HBO está pensando, según ciertos comentarios, en hacer la próxima temporada de solo siete capítulos? ¡¿Sólo siete?! Se ve que eso de torturarnos se les da bien. Recordad a Ramsay Bolton con Theon, pues bien, HBO es Ramsay y nosotros somos Theon.

Y os adelanto un comentario sobre el inicio del capítulo: algo grande se está preparando cuando sabes que un episodio de Juego de Tronos no comienza por su intro de diez minutos (sí, es broma, pero…) y es que, recordándonos a otros capítulos de otras temporadas, parece que este The broken man quería sorprender desde su inicio (otra cosa es que lo haya hecho). Y puede que lo haya logrado con un retorno inesperado.

Pero como el salto de “seguir leyendo” es mi intro y este post es oscuro y está lleno de spoilers, continuemos hablando del capítulo más abajo.

Hombres rotos


El retorno de... Sir Sandor Clegane y la aparición de Ian McShane como el hermano Ray sirven en este episodio para reincidir en el comentario que había hecho McShane de que estaría detrás del regreso de un personaje popular y pocos esperábamos que fuera el hermano de la Montaña. Después de su adiós con Arya, bien podíamos creer en no volver a verlo (y seguramente sería una trama menos que aliviaría el peso argumental de la atiborrada trama central de la serie). Sin embargo, ha vuelto y allá que cada uno decida si su Sin Perdón (quizás la trama es esperable) vale o no la pena. Por mi parte, quiero esperar para saber qué desean hacer los creadores con esta pieza, que se pregunta si la violencia es el único sentido y si los dioses han acabado con él.

La vuelta del Perro, una de las sorpresas. Fuente.
Después, tenemos al Gorrión Supremo utilizando sus artimañas con Margaery. Si la serie es Juego de Tronos, aquí tenemos un juego de manipuladores y el Gorrión cree que puede utilizar a la joven para hacer que su religión prosiga gracias al nacimiento de un heredero y que el príncipe Tommen esté del lado de este “humilde” sirviente de los Siete. Interesante la conversación sobre la pobreza y las ilusiones y el devenir de esta trama, aunque quizás la inclusión del tema del heredero y la mano del Gorrión pueda exagerar en demasía la historia. Como siempre, el Gorrión actúa como un mafioso y “amenaza sin amenazar” a la abuela de Margaery y propulsa el resto de lo que sucede. Pocos esperarían una conversión sincera de los personajes y su lavado de cerebro, que sería más típico de un culebrón...


El Gorrión Supremo y Margaery con su constante manipulación. Fuente.
Siguiendo con esta trama, recuperamos a Olenna, la abuela de la muchacha, y tenemos una breve conversación donde quedan claras las lealtades de Margaery y los Tyrell. Desde que la viésemos por primera vez, presentándose ante Renley, sabíamos que este personaje procuraría el poder fuera como fuese, incluso con un mero dibujo. Quizás, la respuesta es demasiado fácil y nos hubiera gustado algo más de sorpresa, que no se mostrasen las cartas, e incluso que la famosa estatua del “confiesa, confiesa” descubriese lo que estaba pasando. Puede que en este punto, la escena peque de típica.

Los reencuentros de los TyrellFuente.
A continuación, se inicia una trama que irá a lo largo de todo el capítulo. Jon Snow, Sansa y ser Davos intentan formar un ejército para recuperar Invernalia. Los primeros candidatos son los salvajes y Tormund Matagigantes. Por suerte, demuestran que son más leales que muchos de los que habitan Poniente. Y entendemos que, al menos, gran parte de ellos seguirán a Snow para evitar lo que está por llegar desde el Norte. Puede que la excusa del regreso de la muerte de Jon (ese toque mesiánico, ¿quién se lo cree en Poniente, un mundo tan gris?) sirva para sostener este momento, sin caer en lo repetitivo, mientras las horas pasan (lo que supone que Ramsay se haga más poderoso).

Davos y Jon intentan formar un ejército. Fuente.
Volvemos con Cersei para saber qué ocurre con la abuela de Margaery y su marcha de Desembarco del Rey y toda esa conversación sirve para dejar una cosa clara: Cersei ha perdido y está rodeada de enemigos. Y la abuela se alegra. ¿Qué ocurrirá desde ese punto? Para mí, que haya escenas así, en las que se aclara la situación y se reflexiona sobre los personajes, me parece estupendo. Cersei no es tan protagonista en esta temporada, pero está bien reflexionar sobre su calvario y su evolución.

Cersei, rodeada de enemigos. Fuente.
Mientras, el mellizo de Cersei, Jaime, encabeza las tropas reunidas por los Lannister para recuperar la fortaleza de los TullyAguasdulces, tomada por el Pez Negro, que escapó de la matanza de la Boda Roja. Jaime cuenta con un viejo amigo, el mercenario convertido en caballero Bronn (uno de mis personajes favoritos), y tarda poco en tomar el control de las escasas y mal preparadas tropas de Walder Frey, incapaces de cumplir sus promesas cuando amenazan con ejecutar a Edmure, el prisionero de guerra. Nikolaj Coster-Waldau posee un carisma desbordante y sostiene él solo toda esta situación.

Jaime y Bronn están de vuelta. Fuente.
Y tenemos la que puede ser la mejor escena del capítulo por su simpleza: el intento de reclutar a las huestes de la Isla del Oso (precioso paraje) a la causa de los Stark. Tenemos a lady Mormont, una niña que, lejos de ponérselo fácil a Sansa, Jon y compañía, se convertirá en una brava guerrera, como su madre, y hay que dar las gracias a ser Davos por su intervención en una escena que mezcla debate, época y comicidad gracias a una gran interpretación de la joven actriz y de Davos. Puede que muchos no elijan este momento como el mejor del episodio, pero yo no estoy entre ese montón.

Un premio para esta señora de Poniente ya. Fuente.
Acto seguido, volvemos a Aguasdulces, donde asistimos al desafío entre el Pez Negro y el Matarreyes en una conversación donde las dagas vuelan y se queda todo claro, ¡y de qué manera!. Sé que me repito, pero los arcos evolutivos de los personajes de Juego de Tronos son geniales, capaces de hacer que un tipo que deberíamos odiar como Jaime nos caiga bien. Y entendemos también al Pez Negro, uno de los pocos que escaparon de esa carnicería que fue la Boda Roja. Y queda claro que este momento no se arreglará sin que se pierda sangre.

El Pez Negro, uno de los grandes caballeros. Fuente.
Lejos de allí, en las tierras de lord Glover, los Stark prosiguen intentando reunir tropas incluso cuando la respuesta es un no. Ramsay ha sido hábil consiguiendo lealtades (ayudó a los Glover contra los hijos de las Islas de Hierro) y todo lo sucedido con Robb Stark, lejos de darle fuerza a los Stark en su lucha, lo que ha supuesto es que se les considere un enorme error, que es mejor no seguir apoyando. Y llegados a este punto, entendemos a los dos bandos.

Lord Glover pondrá las cosas difíciles. Fuente.
Y hablando de los Hijos de Hierro, tras huir de la coronación de Euron, Yara y Theon llegan a un burdel donde sus hombres disfrutan de la que puede ser su última noche en el mundo. Imagino que esta semana habrá polémica porque el personaje de Yara flirtee con una mujer: habrá quienes no lo soporten, quienes lo criticarán diciendo que Yara se comporta como uno de sus hombres y es un estereotipo o algunos dirán que por qué no hay más hombres practicando el oficio más viejo del mundo...

Yo paso de estas polémicas, Yara puede ser bisexual y punto. Lo importante, la historia: la idea de Euron de ayudar a la Madre de Dragones parece haber calado en Yara, que revela su plan (mientras intenta que su hermano vuelva a ser él mismo tras todo el tormento sufrido). La estrategia de Yara es asistir a Daenerys utilizando sus barcos y retomar su reino con ayuda de la señora de los dragones.

Yara tiene planes para Theon y sus hombres. Fuente.
Siguiendo la estructura del episodio, volvemos a los Stark. Jon es partidario de atacar cuanto antes Invernalia, pese a sus escasas tropas, y el consejo de ser Davos parece dividido (no obstante, ya sirvió a Stannis, que acabó muerto). Mientras, Sansa por fin ha crecido y mueve las piezas sola: ¿por venganza? ¿Por justicia? ¿Por poder? Poco a poco, Sansa ha adquirido capaz, ha demostrado ser compleja y ese cuervo podría ser el símbolo de la victoria de los Stark o su absoluta derrota.

Sansa toma una decisión que podría suponer un triunfo. Fuente.
Retomando la línea tendida a través de todo el capítulo, volvemos al hermano Ray, que recibe a unos emisarios de la Hermandad Sin Estandartes, sirvientes del Señor de la Luz, que descubren que no hay nada que puedan llevarse de esa comuna ¿o sí? El Perro intenta prepararse para la lucha, pero el septón deja claro que no servirá para nada y Clegane guarda su hacha e intenta, por una vez, no caer bajo la enfermedad de la violencia.

Ray, el hombre de paz. Fuente.
El Perro, la violencia… Mencionar estas palabras nos obliga a pensar también en Arya, cuya trama se rescata porque cuando parece que todo le va a salir bien a un Stark, tiene que torcerse. No entendemos bien que Arya no estuviese preparada para un ataque después de su entrenamiento, pero su final, desangrándose por la ciudad, a la vez que estremecedor, nos hace creer que alguien le tenderá una mano antes de caer. Esperemos. No creemos que toda esta historia de Arya haya servido para acabar así, aunque la vida no es justa, ¿por qué tendría que serlo el arte?

Fuente.
Entonces, The broken man termina de un modo efectista, como todo el episodio, con esa historia que veíamos venir, ese relato de venganza a lo Sin Perdón o El Viejo Logan: el héroe ya no quiere luchar, pero lo pierde todo y debe volver a empuñar el hacha. La cuestión es que Clegane nunca ha sido un héroe y nos hace cavilar sobre lo que está por venir con este personaje. No ha vuelto porque sí.

Clegane toma una decisión. Fuente.
Durante el capítulo The broken man se han prescindido de varias subtramas interesantes: ya no tenemos el Muro (y me temo que si lo volvemos a ver es para caer), Daenerys y su hueste parece que siguen adelante (aunque no les veamos), Tyrion y Varys deben estar gobernando Meereen, no sabemos del paradero de Brienne y su misión, mucho menos de Bran, Melisandre está más que en un segundo plano… Tramas que recuperaremos, seguramente, en los tres episodios que nos quedan de esta temporada.

The broken man puede que haya sido un capítulo de transición, roto en algunas partes, pero Juego de Tronos continúa siendo una serie disfrutable, que es nuestra razón para que sigan pasando las semanas y nos lamentemos de no poder ver toda esta tanda de episodios de golpe. Lo obvio: los dioses no han acabado con los personajes y nosotros tampoco.

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