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Póster de la nueva versión de El Libro de la Jungla. Fuente. |
Vivimos en la época de la
nostalgia y el remake. En los últimos años, la escasez de ideas o la pretensión
de marchar sobre seguro, han convertido a Hollywood en la industria del
contador de historias que solo vuelve a sus grandes momentos del pasado, copia
historias o hace covers. No obstante, desde una perspectiva menos negativa, no
es extraño y siempre es, hasta cierto punto, interesante el
intento de acercar viejas historias a nuevos públicos.
Disney no ha escapado a esto y ahora sirve a una nueva moda: hacer de carne y hueso (y mucho CGI) sus clásicos animados. Alicia en el País de las Maravillas y Maléfica dieron el pistoletazo de salida, con mejor aceptación de público que de crítica, y luego vino Cenicienta como edulcorado primer paso para acercar El Libro de la Selva a una nueva generación. ¿Merece la pena?
Disney no ha escapado a esto y ahora sirve a una nueva moda: hacer de carne y hueso (y mucho CGI) sus clásicos animados. Alicia en el País de las Maravillas y Maléfica dieron el pistoletazo de salida, con mejor aceptación de público que de crítica, y luego vino Cenicienta como edulcorado primer paso para acercar El Libro de la Selva a una nueva generación. ¿Merece la pena?
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Fuente. |
La historia de El Libro de la Selva es ya de sobra conocida: los lobos y la pantera Bagheera cuidan de Mowgli, un cachorro humano,
pero el terrible tigre Shere Khan quiere acabar con el humano, igual que mató al
padre del crío. La única oportunidad de mantener la paz es que Mowgli emprenda
el regreso a su hogar con los humanos. Una aventura donde el pequeño se forjará
a sí mismo y conocerá a villanos como la serpiente Kaa, monstruos como el rey
Louie o el vividor Baloo.
El Libro de la Selva es
una película de aventuras que Jon Favreau, director de Iron Man, ha elaborado
con gran cariño hacia la obra original. El guion, por ejemplo, funciona en su clasicismo. La
música, aderezada por los números de la original, es un regalo. Y todo ello
hecho en un estudio. Que quede claro: no estamos en la India, sino en un estudio de California. Símbolo
del avance tecnológico de nuestro tiempo, no hay selva, no hay animales, no hay
ríos… Solo está Neel Sheti, el actor que hace de Mowgli, acertadamente, pese a su
edad, y el resto de los humanos quedan representados como sombras bajo la aquí
crucial, por su poder, flor de fuego (sin olvidar las marionetas de la compañía
de Jim Henson que sirvieron como puntos de referencia).
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Mowgli conoce a Kaa, con la voz impresionante de Scarlett Johansson. Fuente. |
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El tenebroso Louie. Fuente. |
Pese a esto, el reparto
de actores que dan voces a los animales es loable. Tenemos al gran Bill Murray
como Baloo, tan vago como siempre. Bagheera es más sabio que nunca, con la
interpretación de Ben Kingsley. Por su parte, el tenebroso rey Louie, pasa se
ser un orangután a un gigantophitecus, tan shakesperiano (elaborado al estilo
del Marlon Brando de Apocalipsis Now… Véase su aparición entre las sombras), que
cuenta con un Christopher Walken que hace que merezca la pena ver la película
en versión original para apreciar todo el trabajo. Sin olvidar el grato trabajo
de Scarlett Johansson (que diera ya su voz en Her) como Kaa (ahora hembra y no
queda mal el cambio, hasta se agradece por escuchar la hipnótica voz de la
actriz), Lupita Nyong’o como la loba Raksha y el mejor por su villanía, Shere Khan, al
que dota de vida el inconmensurable Idris Elba.
Atentos, también, a los
graciosos créditos finales que rinden culto al clásico de Disney y que también
nos entrega unos momentos cómicos antes de despedir el film.
Para finalizar, cabe preguntarse cómo
envejecerán los efectos y si, cuando los animales y los entornos dejen de ser realistas, dentro de diez o cinco años (nunca se sabe), la historia que la
mantiene seguirá siendo o no tan disfrutable como la del clásico de Disney o los
cuentos de Rudyard Kipling. Por ahora, parece que habrá secuela. Y en el
futuro, como estamos zambullidos en el mundo de la nostalgia, no nos extrañaría
otro remake. Así somos.
El Libro de la Selva es
buen cine de aventuras con abrumadores efectos especiales y la vieja pregunta
de cuánto aguantará hasta la próxima versión. Cuestión de tiempo, pero hasta
entonces, todos queremos ser como Mowgli y recordar solo lo más vital no más.
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Una nueva versión del clásico de Disney. Fuente. |