Peter Wisdom es el líder de un equipo al servicio del gobierno británico
que se enfrentan a amenazas contra las que nadie podría enfrentarse. Ahora, un gran peligro se cierne sobre ellos…
Críticas
de cómic:
“Wisdom.
Los rudimentos de la sabiduría”
Guionista: Paul Cornell.
Dibujante: Trevor Hairsine, Manuel García.
Entintadores: Paul Neary, Trevor Hairsine, Mark Farmer.
Contenido: Miniserie completa (6 episodios), más portadas.
Editorial: En España, Panini Comics. En Estados Unidos,
Marvel (MAX Cómics).
Precio: 12,00 €
Género: Superhéroes, ciencia-ficción, drama, acción,
aventuras.
Año de la edición: 2007. Edición del tomo 2008.
“Oh, fantástico. Tenemos un ejército formado por hadas y los Beatles. Y vamos a
enfrentarnos a los marcianos de H. G. Wells y los malditos Jack
Destripadores. ¿Quién toca ahora? ¿Dick Van Dyke? ¿Mr. Bean? ¿John Cleese y su
loro muerto?”
WISDOM.
Reino Unido tiene superhéroes en el Universo Marvel, entre
ellos el Capitán Britania que, lejos de ser una especie de Capitán América, es
un auténtico personaje con un halo mítico muy “british” a su alrededor. El
autor inglés Alan Moore haría varios buenos números del Capitán Britania que
expandirían su mundo.
Otro británico llegaría en 2007 para tomar varios
elementos de la mitología del Capitán Britania, Paul Cornell
quien pondría como personaje principal de su historia a Peter Wisdom, un antihéroe con poderes a servicio
del gobierno británico con un equipo conformado por una psíquica, un veterano
de guerra, una hada punk desertora y un skrull con el rostro de John Lennon.
Como nota, decir que Wisdom fue creado por otro británico, Warren Ellis, autor
de “Planetary”, y se parece (un poco, por su aire cínico) a John Constantine (creado por Alan Moore). Todo queda en casa.
Y cierto gusto a
“Planetary” tiene “Wisdom”, aunque sin olvidar la mitología marvelita (pese a haber sido publicada en la
línea adulta de la editorial, Max). Cornell es deudor de una generación de
escritores de ciencia ficción y les rinde homenaje (hay dos guiños a Alan Moore
muy explícitos como el Jack el Destripador que hace “tour” turísticos – que
parece salido de “From Hell”- y los monstruos con tentáculos a lo Lovecraft que
parecen haber escapado del final de “Watchmen”).
Sin desaprovechar la mitología y la literatura británica
(homenaje a Shakeaspeare y H. G. Wells incluidos) y con varias ideas curiosas:
la aparición de cientos de Jack el Destripador de varias dimensiones, la
resurrección de viejos gigantes – que, ay, me recuerda demasiado a una de mis
historias sin que yo hubiese leído “Wisdom” hasta ahora–, el momento final con
Mo…
Todo esto nos
confirma que Paul Cornell es un escritor con talento al que Marvel ni DC han
sabido aprovechar del todo. ¿Qué
maravillas hubiera hecho si Marvel le hubiera dejado proseguir mucho más tiempo
con “Wisdom”? Tal vez, es por eso por lo que este tomo deja con buen sabor de
boca, pero sólo como inicio. Es un buen entrante, pero ¿dónde está el segundo
plato y el postre?
El autor, no obstante, ha escrito otras miniseries,
también para DC, además de novelas y tres capítulos para “Doctor Who” (“El día del padre”, “Naturaleza humana / Familia de sangre”- este último adaptaba su
propia novela-).
El problema es el dibujo, que si bien no es horrendo,
tiene algunos fallos que lastran un poco el acabado. Una pena.
En definitiva, si queréis leer un
buen cómic, buscad “Wisdom” y recordad que en Reino Unido también hay
superhéroes.