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| Primera y extraña cabecera del blog. Lo sé. |
Os voy a contar una pequeña historia sobre este blog, espero que la soportéis, porque voy a contarla (lo siento).
“El Antro de los Vampiros y Otros Monstruos” (con la letra del logo de mi grupo musical favorito: “My Chemical Romance” y un par de frases: “El lugar donde lo oscuro [sí, el primer logo está mal, dice: “los oscuro”], lo imposible, es aún posible. ¡¡¡Bienvenido al Antro de los Vampiros y otros Monstruos!!! No podrás salir de él”.
El nombre de “El Antro de los Vampiros y Otros Monstruos” está claro: este sitio sirve de contenedor desde guiones, historias, microrrelatos…, hasta críticas de cine, vídeos curiosos, música, listas… O tal vez fue porque en aquel entonces, las primeras historias de este blog eran sobre vampiros y otros monstruos, a la vez de la eterna confrontación de opuestos… ¿O era porque era un sitio para todos, seáis quien seáis?... ¿O era para dejar claro el mensaje de que todos éramos monstruos?... ¿O por qué fue lo que se me ocurrió?... O vete a saber el qué, exactamente, quizás cualquier respuesta es posible así que quedaos o inventaros la que prefiráis si es que preferís hacerlo.
En cuanto a la imagen en sí, la escogí porque… Para mí, era perfecta, representaba lo que quería: un ambiente sombrío donde la luz y la oscuridad chocan, cada una por un lado de la imagen, todo apoyado por un mar tormentoso, un cielo claro que se funde en las nubes oscuras, bañado de un tono azulado.
¿De dónde salió?
Hace dos años, en 2008, un viaje en barco hasta la isla de enfrente, Gran Canaria. Fue eso, simplemente ese hecho, robar una cámara de fotos (creo que la devolví) a una compañera de clase (que aún lo es, por cierto. Saludos desde aquí) y hacer una foto a lo que había detrás de la ventana: el sol de una isla frente a la lluvia de otra… Un momento paralizado en el tiempo, un pedazo de vida congelado en una clepsidra. Lo siento por ser cursi.
No creo que pensase: “Oh, ¡he encontrado una imagen genial y llena de significado para un blog que abriré para mis historias y que aún no existe!”. Realmente, entre tú y yo (y todos los que lean esto), nunca pienso cosas tan largas (me duele la cabeza) y menos con exclamación (no quiero molestar a los vecinos), aunque cuando pierda la cordura (un poquito más) usaré múltiples sím
Con todo esto, sólo quiero decir que fue una buena foto, una buena casualidad y una época que se movió por aquel tipo de cosas, congelada en el tiempo, un momento paralizado de un pedazo de varias vidas de una clepsidra hecha añicos. Lo mismo que dije antes, pero de nuevo.
Fue el viernes 14 de febrero de 2008, creo (lo estoy escribiendo a memoria y puede que se me escapé algo). Al día siguiente, vi “Sweeney Todd. El barbero demoníaco de la Calle Fleet” de Tim Burton. Una semana después, las cosas cambiaron. Un año después, siguieron cambiando. Más de dos años después, aún cambian… Y seguirán cambiando, las cosas son así.
Y sobre cambiar, el logo cambió una vez al que teníamos hasta hace unas horas…, pero ya ha cambiado de nuevo. He de decir que la encargada de este nuevo logo ha sido la Señorita Elsbeth Silsby, debo reconocerle su mérito y su trabajo. Ms. Silsby ha tenido que aguantarme mis peticiones de: “Esa letrita más arriba”, “Ese punto más abajo”, “¿Puede añadir un puntito negro en esa esquina”… Cosas así. Afortunadamente, lo ha hecho mejor aún y mejor que los que yo hice en su día.
La pobre no tiene poco con aguantarme que también tiene que meterse a ilusionista para trucar las imágenes para mis historias y ahora incluso para el logo de este blog.
Desde aquí, darle las gracias una vez más. El nuevo logo, aunque conserva la esencia de los anteriores, tiene una nueva visión que ella le ha dado: la de una ventana hacia ese mundo donde las letras flotan en el vacío, entre la oscuridad y la claridad, el mar y el cielo, la tierra y la nada. Me gustan sus visiones lunáticas del mundo. El Antro es un poco de eso, asomarse a otros mundos. Es fantástico, me gusta ¿y a vosotros?
Y bueno, esta es la historia del logo, ¿por qué la he contado? Será que me estoy aburriendo o quizás que me apetecía contaros esta historia, ¿vale “porque sí”?
