Eragon,
el último Jinete de Dragón, vuela con Saphira hacia su destino: liderar a los
vardenos y enfrentarse al emperador Galbatorix para liberar el mundo de
Alagaësia de la mordaza del villano. Sin embargo, las esperanzas son pocas: el
ejército de Galbatorix es superior y está liderado por el hermanastro de
Eragon, Murtagh, y el dragón Espina. Mientras los vardenos se fracturan desde
dentro, la reina Nasuada puede que no logre ayudar, el rey Orrin busca el
poder, el monarca Orik lidera al pueblo enano hacia la guerra y Arya considera que los elfos
podrían no ser suficientes.
Será
Eragon el Asesino de Sombra el que decida el destino del mundo.
Críticas
de libros:
Autor:
Christopher Paolini.
Editorial:
Roca.
Páginas: 800, aproximadamente.
Precio: 24€.
Género:
Fantasía épica, drama, aventuras.
Año: 2011.
“Los
vardenos siguieron avanzando, e incluso ahora continúan penetrando en el
Imperio en dirección a la capital, Urû´Baen, donde se encuentra Galbatorix,
orgulloso y confiado, pues suya es la fuerza de los dragones”.
Decepcionante. Puede
que no tanto como el aborto fílmico que se hizo a partir de la primer parte de
esta saga, “Eragon”, pero “Legado” es, sin duda, un desenlace que no cumple.
No
consideren que soy un lector que quiere ir de guai y criticar esta saga, como
hay tanto por ahí, de forma gratuita. Leí el primer libro con catorce años (y
sentí que era el libro que yo hubiese escrito en esa época), devoré Eldest (pese a sus momentos aburridos) y disfruté mucho Brisingr (el mejor de la
saga). Es decir, yo quería ser el primero al que este último volumen le gustase, no quería sentir que he perdido el tiempo... Ha sido así, por desgracia.
Legado (un título un poco redundante para una saga llamada Legado) comienza bien, en
medio de una batalla, pero pronto decae. Hay una sucesión de algunos buenos momentos, con muchos aburridos (alguna batalla "sin sangre", sin pasión) u otros que no vienen
a cuento (al final, el parto no sirve de mucho). Uno siente que Christopher
Paolini cayó en los vicios de Eldest (que creíamos superados en Brisingr) y
se dedica a hacer lo que en periodismo llamamos: “hinchar el perro”. ¿No se
podría haber contado Legado en cuatrocientas páginas, en vez de casi el
doble?
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El mundo creado por Paolini cuando era un adolescente. Fuente. |
-Historias aburridas y alargadas...
Y no, no soy de esos lectores que puso el grito en el cielo cuando Christopher Paolini dijo que la trilogía de Legado pasaba a ser una saga, porque el tercer volumen necesitaba ser dividido. Confíe en el autor (yo escribo, sé cuándo una historia se va de tus manos) y confirmé que quizás fuese así por el final del tercer libro. No obstante, en el cuarto uno siente que hay demasiadas cosas que sobran y otras que faltan (hay un discurso de Roran, el primo de Eragon, que no se cuenta y, a continuación, se describe la reacción de apoyo, por ejemplo. ¿Dónde está ese discurso? ¿Paolini no se veía con ganas de escribirlo?). Por si fuera poco, y quien lo haya leído lo entenderá, ¿QUÉ PASÓ CON EL CINTURÓN DE BELOTH EL SABIO? -.-
En
Brisingr, se notaba que Paolini había
crecido. Dejaba un poco de lado las referencias a Star Wars, El Señor de los
Anillos y Las Leyendas de Terramar que hundían Eragon y Eldest. Se
notaba que era un escritor que quería hacer cosas propias, tenía buenas ideas,
sin ser la octava maravilla… Pero… Aquí sale hasta una copia a otra saga, los
libros de la Dragonlance (sí, la lanza mata dragones de Legado es demasiado
parecida al mundo que dieron vida Tracy Hickman y Margaret Weis).
Legado no cuenta con esas ganas de romper y terminar bien (de forma correcta) la saga. Hay alguna buena
idea aislada, pero ninguna se explota del todo y quedan muchas conversaciones,
algún deus ex machina, diálogos forzados, momentos algo idiotas y batallas sin
ímpetu. ¿Cómo se pudo hacer un final tan descafeinado? ¿Cómo se puede vencer a
alguien de una forma tan anodina? ¿Dónde está esa gran amenaza que hundió
Alagäesia durante tanto tiempo?
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La saga completa. Fuente. |
Uno
se encuentra así con un problema ya extendido: el no saber cómo terminar una saga. Demasiados libros, demasiadas apuestas altas, y al final no se sabe como
cerrarlas de forma convincente (el forzado “olvido colectivo”, que uno no sabe muy
bien porqué no toca a los hombres gato). Uno
siente que Paolini se saca de la nada la forma de acabar con el enemigo (los
eldunarís, hasta cierto punto recuerdan a los horrocruxes: utensilios mágicos
que acaban con el gran villano) y que el desenlace no tiene nada de emoción (la
muerte de Durza en Eragon o la de Oromis en Brisingr fueron mejores).
Tras
tantas y tantas páginas, uno se encuentra sin aquello que le prometieron. La
batalla final es mucho cascote suelto y poco gran momento. Para hablar mal y claro, un gatillazo.
-Qué soso es todo...
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Originalidad. Fuente. |
-Qué soso es todo...
La mejor forma de resumir esta saga: el idilio prometido entre Arya y Eragon. Se convierte en uno de los más
anticlimáticos de la historia. Ella es una sosa, él también: fin (pese a la
escena del tonteo borrachuzo... Leer para creer). Es decir, todo muy soso (y no, no pedía una novela romántica, pero al menos sí que no pareciesen robots). Menos
mal (ironía) que Saphira parece que tiene más sangre (caliente) en las venas y se lía
con otro dragón en cuanto lo conoce (y eso que es un “recién nacido”, ¡toma ya!)... Uno de los mayores momentos idiotas del libro (que tiene unos cuantos, insisto).
Sobre
ese dragón, mucho ocupar una portada (pareciéndose demasiado a Saphira, ¿no?) y
mucho esperar uno que fuera algo mejor... Para, al final, sólo salir en las últimas
páginas y para nada. ¿No hubiera sido mejor que el huevo se abriese a Nasuada y
la reina de los vardenos consiguiese un dragón? Puede, pero quizás Paolini
hubiera necesitado otro volumen para solucionar la vida política de Alagaësia.
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Fuente. |
Y es que son
ochocientas páginas. Algo bueno debía haber. Hay un intento de cerrar tramas
que no está mal, como el regreso a la tumba de Brom. Una pena que no fuese una
constante. Al menos, hay alguna parte salvable y no es una completa porquería.
Quizás, si hubiera habido una auténtica sensación de miedo (vale, Galbatorix es el
emperador, pero no da auténtico terror, por mucho momento sadomasoquista con
Nasuada). Uno siente que al final todo acabará bien gracias a… El deus ex
machina. Me explico: en
un homenaje a El retorno del Jedi, Paolini hace una de las cosas más
bochornosas: uno de los villanos se redime, ayuda un poco sin que sepamos bien
porqué y se larga (y eso que se suponía que no podía). Nadie sabe su destino
ni le importa, la verdad. Todo sea por ir terminando.
En cuanto a la
edición de Roca Editorial mantiene el formato de las novelas anteriores (para
lo bueno – acabado elegante- y lo malo - esas notas al final siguen
molestándome; cosas mías-)... De regalo contiene varias erratas y alguna traducción un
poco forzada. Y vale 24 euros... Ya podrían haberse esmerado un poco más.
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Mi reacción tras leer el libro. Fuente. |
-¿El
final de verdad de "Legado"?
¿El fin? Un poco copia de las novelas del Universo Expandido de Star Wars tras El retorno del Jedi (con la nueva orden) y El Señor de los Anillos (marchándose a través del río / mar hasta las “tierras imperecederas”). Una pena que Eragon termine así, como un cúmulo de referencias sin gracia.
¿El fin? Un poco copia de las novelas del Universo Expandido de Star Wars tras El retorno del Jedi (con la nueva orden) y El Señor de los Anillos (marchándose a través del río / mar hasta las “tierras imperecederas”). Una pena que Eragon termine así, como un cúmulo de referencias sin gracia.
Paolini
ha dicho que, tal vez, regrese a Alagäesia. Esperemos que, entonces, sí sepa
terminar de manera correcta su saga. Creo que soy uno de los pocos lectores que
mantiene la paciencia con él.
En
fin, adiós Eragon Asesino de Sombra, mi persona aguardaba más del hecho de conocer tus
hazañas.
“Y el
barco siguió su camino, deslizándose suavemente por el río bajo la luz de la
luna, en dirección a las oscuras tierras que se abrían más allá”.